16 formas de mejorar tu relación con tus padres

A menudo recibimos comentarios de nuestras lectoras acerca de sus luchas para cultivar una relación amorosa y estable con sus padres. Hasta cierto grado, la tensión entre padres e hijos es normal en los años de la adolescencia, pero solo porque es normal no significa que es lo mejor para ti y para tus padres.

Es por eso que no pude esperar en pasarles la publicación que encontré de John Piper destacando dieciséis resoluciones para los adolescentes en cuanto a su relación con los padres. Estos son pasos que puedes llevar a la práctica hoy para seguir los mandamientos de Dios acerca de honrar a tus padres plenamente (Mateo 19:19).

Resuelvo: Obedeceré tus instrucciones y haré lo que sé que esperas de mí, aun cuando no me lo menciones. No te forzaré a repetirme las cosas, lo cual a veces considero irritante.

Resuelvo: No me quejaré cuando haga mis quehaceres, sino que recordaré cuán maravilloso es tener una familia, un hogar, ropa, comida, agua potable y energía eléctrica en un mundo donde millones de adolescentes no tienen nada de esto.

Resuelvo: Cuando piense que tus órdenes son injustas, las haré primero y después de mostrarte una actitud obediente, preguntaré si podemos hablar. Luego explicaré mi posición e intentaré entender la tuya.

Resuelvo: No te ignoraré ni te daré un trato silencioso, el cual no me agrada cuando mis amigas me lo hacen. Si estoy triste y quiero estar sola, diré, “Lo siento, no me siento en condiciones de hablar ahora. ¿Podemos hablar después? No estoy enojada; solo quiero estar sola”.

Resuelvo: Cuando haga algo mal y te decepcione, me disculparé sinceramente con palabras que puedas escuchar. Algo como: “Mamá, lo siento, no recogí el montón de ropa”.

Resuelvo: Te llamaré con títulos familiares cariñosos, como “mami” o “papi” o “mamá” o “papá”. Y no dejaré que otros jóvenes me presionen a llamarte algo irrespetuoso como si el verdadero afecto fuera vergonzoso o infantil.

Resuelvo: Te daré las gracias una y otra vez por las cosas ordinarias que haces por mí. No las tomaré como cosas que “se supone que tienes que hacer” como si fueras mi esclava(o).

Resuelvo: Hablaré de mis sentimientos. Tanto los positivos (como felicidad, vergüenza, emoción, simpatía, etc.) y los negativos (como enojo, miedo, dolor, soledad, desaliento, etc.). Recordaré que los sentimientos que no son compartidos llevan al distanciamiento y a la frialdad, y aún más a la soledad y al desaliento.

Resuelvo: Me reiré con mi familia y no de mi familia. Especialmente me reiré cuando mi hermanito o mi hermanita me hacen un chiste esperando una emoción de mi parte.

Resuelvo: Ofreceré dos halagos por cada crítica. Y cada crítica apuntará a ayudar a alguien a mejorar, no solo tendrán el objetivo de menospreciar o reducir.

Resuelvo: Participaré en los devocionales familiares y trataré la lectura de la Biblia y la oración con respeto y haré mi parte en ayudar a otros de mi familia a disfrutarlos. Cuando no me sienta espiritualmente fuerte, oraré sobre esto como una necesidad personal en lugar de verterla sobre los demás como un vaso de agua fría. Recordaré que confesar las debilidades une los corazones.

Resuelvo: No devolveré mal por mal o no trataré de justificar mi maldad porque alguien me trató de mala manera primero.

Resuelvo: Leeré mi Biblia y oraré todos los días, aunque sea solamente un versículo y un clamor por ayuda. Sé que los jóvenes no viven de pan solamente, pero de cada palabra que viene de Dios.

Resuelvo: Volveré a casa a la hora que acordamos. Si algo me detiene, llamaré, lo explicaré y pediré que me digas qué hacer.

Resuelvo: Recibiré a nuestros invitados con cortesía, respeto y trataré de hacerlos sentir felices de haber venido.

Resuelvo: Siempre diré la verdad para que confíen en mí y me den más y más libertad en la medida que crezca en edad.

¿Cuáles son otras resoluciones que puedes hacer para honrar a tus padres mejor y mejorar el clima en tu familia y en tu hogar?

 Por Erin Davis

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