Hay dos eventos que dan un giro a la humanidad y que diferencian el cristianismo de las demás religiones. El primero de estos eventos es la crucifixión del Señor que fue, al mismo tiempo, el más grande crimen y el acto supremo de amor sacrificial en la historia de la humanidad. El segundo fue la resurrección que tornó la desesperación y aparente fracaso en una esperanza y victoria eternas.
Pero ¿qué significado tiene para nosotras? ¿Qué diferencia hace la cruz y la tumba vacía en aquellas que estamos experimentando dolor y fracaso? A continuación, algunas implicaciones de estos significativos momentos:
¿Estás cargada con la culpa de tu pasado?
La cruz significa que la justa ira de Dios contra el pecado ha sido satisfecha; ya no hay condenación para los que están en Cristo Jesús. Cuando Satanás viene a acusarte delante del Padre ¡Jesús se levanta a defenderte!
¿Te sientes frustrada por tu incapacidad de agradar a Dios?
La cruz significa que Jesús satisfizo la justicia de la Ley; debido a que Él ha agradado perfectamente al Padre, quienes estamos en Cristo también somos agradables a Dios.
¿Algún amigo o familiar ha pecado contra ti y te ha causado mucho dolor?
La cruz significa que Jesús te capacita para extenderles a aquellos que te han herido más profundamente el mismo perdón que has recibido.
¿Lloras la pérdida de un ser amado?
La cruz significa que Dios entiende lo que significa entregar a quien más amas. Debido a que el Padre entregó a Su Hijo, nuestras separaciones y pérdidas solo son temporales.
¿Luchas por ser libre de ataduras y adicciones pecaminosas?
La cruz y la tumba vacía significan que no tienes que continuar en pecado… Cristo ha roto el poder que tenía el pecado de controlarte.
¿Alguien te ha decepcionado al romper una promesa o fue infiel?
La resurrección significa que Dios siempre cumple Sus promesas.
¿Te encuentras en circunstancias que parecen sin esperanza?
La resurrección significa que hay esperanza en medio de cada circunstancia. Dios es Todopoderoso y nada escapa de Su control. Un día todas las lágrimas serán limpiadas y toda tristeza se transformará en gozo.
No corras lejos de la cruz. Deja que Dios use la presión y los problemas para hacerte más como Jesús. Entonces asegúrate de moverte más allá de la cruz a la tumba vacía.
Deja que Cristo resucitado cambie tus dudas en seguridad y tus temores en fe. Levanta tus ojos llenos de lágrimas y deja que Él llene tu corazón de paz y gozo. Rechaza rendirte a la desesperación o al descontento o a la culpa. Así como la oscuridad y lágrimas de ese triste viernes dieron paso al gozo y a la victoria de la mañana del domingo, ten por seguro que Él cambiará tu oscuridad en luz y tus lágrimas en gozo.
