¡Admirable consejero! (Parte 2)

En nuestra entrega anterior, consideramos el adjetivo que acompaña a uno de los tantos nombres dados al Niño de Belén. Hoy continuaremos la idea comentando sobre este rol de consejero.

Pero, ¿en cuál rama de la consejería se desempeñaría el Niño de Belén? ¿Tendría acaso un consultorio privado para que las personas acudieran a él para recibir consejo?

Se me ocurre así de repente, sin hacer muchas investigaciones, recordar algunos de los tantos tipos de consejos que aparecen en la Biblia. Recordemos que Las Sagradas Escrituras han sido escritas por individuos inspirados por el Espíritu Santo de Dios y, por lo tanto, también la figura del Niño de Belén al venir encarnado a esta tierra.

En la Biblia encontramos:

1- Consejos Matrimoniales: Mediante la persona del Apóstol Pablo (Efesios 5: 21-33)

2- Consejos Financieros y Profesionales: Múltiples encontrados en los Proverbios 3:9-10, 13:11, 21:10; y muchos otros más en los Evangelios (Lucas 14: 28-30, Lucas 6:35) y en las Epístolas Paulinas (Filipenses 4:11)

3- Consejos Espirituales: 1 Tesalonicenses 5:17, Efesios 4:26

4- Consejos a la familia: Efesios 6:1-4

En fin… ¡Tú enumera cuantos más puedas encontrar!

Para cerrar con broche de oro, recordemos también que este Admirable Consejero ¡nunca fue a la universidad o escuela para aprender esta profesión! Según nos dice Isaías 40:13… ¿Quién puede medir el alcance del espíritu del Señor, o quién puede servirle de consejero?

A veces creo que no estimamos el hecho de que tenemos al gran Admirable Consejero siempre a nuestra disposición. Cometemos un error tras otro, y tras otro, y tras otro… solo por no detenernos un poco en el camino y buscar ese consejo divino. Preferimos ir a nuestra amiga o amigas más cercanas, quienes tienen la misma limitante humana que tenemos nosotras.

Acuérdate… de la primera parte del verso… “Un niño NOS ES nacido, hijo NOS ES dado... ¡Es nuestro! ¡Todo nuestro! ¿No es esto acaso maravilloso? Tenemos un Consejero a nuestra disposición las 24 horas del día, 7 días a la semana… ¡y sin tener que pagar un centavo por servicios profesionales!

Ve donde tu Admirable Consejero… ¡cuéntale tus inquietudes!.. Inicia una “jornada terapéutica” alimentándote de Su Palabra… ¡no te arrepentirás!

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