“Os digo: no, antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.” – Lucas 13:5
Hoy quiero hacer algunas preguntas y respuestas en relación con el arrepentimiento. Así que aquí va:
¿Qué es el arrepentimiento?
Yo te daré mi definición favorita:
James P. Boyce (1886) dijo que “El arrepentimiento es dolor por el pecado, acompañada de una determinación, con la ayuda de Dios, a no pecar más.”
¿Qué hace el arrepentimiento?
Como no creyentes, el arrepentimiento nos lleva al perdón de Dios. Es reconocer que somos pecadores y que necesitamos ser rescatados.
En la vida de un creyente, el arrepentimiento mantiene nuestros ojos claros con respecto a lo que es el pecado. También mantiene los ojos claros de lo malo que es el pecado. El arrepentimiento mata el orgullo, mantiene nuestro corazón blando, de manera que la amargura o la dureza de corazón no se introduzcan y reconoce nuestra necesidad de Jesús.
¿Qué es el falso arrepentimiento?
A veces nos preguntamos si nuestro arrepentimiento es verdadero o falso. El falso arrepentimiento es visto como un cambio de acción sin un cambio de corazón. Es saber las palabras correctas que decir pero no lo que significan realmente. El falso arrepentimiento nos hace sentir mal por un minuto, pero después no nos molesta más. El falso arrepentimiento es pensar que vamos a ganar puntos con Dios o creer que arrepentirnos hará que Dios nos ame más.
¿Podemos arrepentirnos por nuestra propia cuenta?
El arrepentimiento es una obra del Espíritu Santo. Primero nos da una nueva naturaleza para que deseemos arrepentirnos y luego nos da el poder para hacerlo realmente. A veces el Espíritu Santo pincha nuestra conciencia y nos lleva a arrepentirnos.
“No podemos generar nuestro propio arrepentimiento. Incluso esto es un regalo de Dios y viene por medio de un corazón renovado y el movimiento del Espíritu Santo”. – CH Spurgeon
¿Qué anima al arrepentimiento?
Creemos que si nos centramos en nuestro pecado vamos a sentir el remordimiento adecuado. Pero en lo que tenemos que estar centradas es en Cristo y el precio de Su sacrificio. Esto nos animará a arrepentirnos y nos dará esperanza y gozo, todo al mismo tiempo. El tiempo empleado en la Palabra también fomenta el arrepentimiento porque en la Palabra vemos la belleza de Jesús y la fealdad del pecado. También vemos el poder del Espíritu Santo y descubrimos que no estamos llamados a arrepentirnos o luchar contra el pecado por nuestra cuenta.
“El que murió por ti puede, por medio de Su Espíritu lleno de gracia, hacerte morir al pecado; y El que ha ido a la gloria en Su nombre pueden llamar tu alma hacia Él, lejos del mal, y hacia la santidad.” – CH Spurgeon
El arrepentimiento es esencial para la vida cristiana. Es un don de Dios por el cual se nos recuerda nuestra fragilidad, el poder de Dios, nuestra incapacidad para escapar del pecado y la capacidad de Dios para ayudarnos a superar la misma. El arrepentimiento lleva al pecador a la rendición definitiva ante Dios y el arrepentimiento en un creyente continúa para hacernos agradecidos y valorar ese mismo perdón.
Por Jen Thorn
