Amando a nuestros líderes

“contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos” – 1 Timoteo 5:19

¿Alguna vez has estado en una iglesia en la que el liderazgo no es digno de confianza? ¿En la que las enseñanzas no son bíblicas? Fuimos a una iglesia una vez en el que el texto principal del sermón fue el artículo de una revista. La Biblia era solo un añadido. No hace falta decir que nunca regresamos.

Pablo no solamente estaba preocupado por arreglar algunos problemas que tenía la iglesia de Éfeso, sino también estaba exhortando a Timoteo a trabajar duro como pastor. Estaba comprometido con ayudar y guiar al joven Timoteo en su responsabilidad de pastorear a la iglesia en Éfeso, tanto en las circunstancias fáciles como en las difíciles.

En el texto Pablo le da a Timoteo algunos consejos, pero podemos ver de manera implícita lo que deberíamos hacer los creyentes en la iglesia local.

1. Los pastores están para predicar

Dios nos dio maestros y predicadores a los que tenemos que honrar y respetar (v. 17). Debemos confiar en ellos y aprender de ellos mientras nos guían y enseñan en la iglesia. Esto significa un par de cosas para nosotras:

En primer lugar, debemos asegurarnos de ser parte de una iglesia que realmente ame al Señor, que tenga la Biblia en gran estima y que predique la Palabra en todo tiempo.

En segundo lugar, significa que debemos dejarnos enseñar. Debemos ser personas que desean escuchar la Palabra de Dios y aplicarla a nuestras vidas. En lugar de estar a la defensiva, debemos aceptar con humildad la verdad de la Palabra de Dios incluso aunque sea difícil.

2. Los pastores están para exhortar

Dios les dio a los pastores la tarea de exhortarnos cuando seguimos en pecado sin arrepentirnos (v. 20). Es una de las maneras en las que ellos se preocupan por nuestras almas. Esto no significa que no debemos estar sin pecado, sino que debemos practicar el arrepentimiento porque reconocemos que todos somos pecadores. En 1 Juan se nos dice que el que dice estar sin pecado es mentiroso (1 Juan 1:8).

Me encanta lo que Charles Spurgeon escribió sobre el arrepentimiento. Él dice: “El arrepentimiento es un descubrimiento de la maldad del pecado, el luto por haberlo cometido y la resolución de abandonarlo. Es, de hecho, un cambio de mente que hace al hombre amar lo que una vez odió y odiar lo que una vez amó.”

Todos luchamos con el pecado; pero podemos ayudarnos unos a otros no solo a ver nuestros pecados, sino también a combatirlos.

3. Los pastores están para animar

Al igual que los pastores están para llamar amorosamente a las personas al arrepentimiento, también están llamados a animar a su congragación a la piedad y a las buenas obras. Todos nos sentimos bien cuando nos animan. Nos hace querer seguir adelante incluso cuando la vida se pone difícil.

Pero esto significa que debemos tener vidas de piedad (v. 25), no para recibir honor por parte de los hombres, sino para honrar a Dios y ser de ánimo para otros.

El trabajo de pastor no es fácil. En lugar de honor, muchas veces reciben crítica. Muchos critican los sermones en lugar de dejarse enseñar. Muchos se ofenden cuando se muestra el pecado, especialmente cuando les toca de cerca.

Es por esto que es importante encontrar una iglesia en la que hay líderes piadosos, en la que Cristo es predicado semanalmente y en la que la vida se vive con autenticidad, para que todos podamos ayudarnos a superar el pecado y vivir en santidad.

Por Jen Thorn

 

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