Cuando cultivas una vida devocional constante, te conviertes en amiga íntima de tu Padre Celestial —justo como Moisés. En Éxodo 24 Dios invitó a Aarón y sus dos hijos, junto con otros 70 ancianos de Israel, a subir a la montaña para “adorar en la distancia”.
Se trató de una oportunidad increíble. Pero su líder Moisés era más cercano a Dios. La Biblia dice que él hablaba “cara a cara, como habla un hombre con un amigo”.
¿Nunca has estado en la montaña? ¿Nunca has experimentado la presencia de Dios? ¿Eres como uno de los ancianos que vieron a Dios y se mantuvieron en la distancia? ¿O eres como Moisés quien conoció a Dios más profundamente como un amigo?
Por medio de la sangre de Cristo, Dios nos invita a acercarnos a Él. A través de Su Palabra y la oración, nuestra relación con Dios se hace cada día más profunda.
¿Qué te está impidiendo tener una verdadera intimidad con Dios?
