Antes de despertar el amor

“Y llamaron a Rebeca, y le dijeron: ¿Irás tú con este varón? Y ella respondió: sí iré.” – Génesis 24:58

Si yo te pregunto sobre las cualidades que buscarías a la hora de buscar una pareja, estoy segura de que tu respuesta incluiría atributos espirituales, físicos, intelectuales, económicos y demás. Pasamos mucho tiempo delineando las cualidades de esa persona ideal, pero ¿qué tanto tiempo dedicas a cultivarte a ti misma?

Esta vez tomaremos la historia de Rebeca para descubrir algunos atributos que ella cultivó en sí misma antes de cualificar en su mente un chico ideal.

- Déjate conquistar: Hoy en día me admiro mucho sobre la gran cantidad de chicas que se lanzan sobre los chicos aún dentro de la iglesia. Si hay un chico nuevo no pasará desapercibido por las miradas y los comentarios de todas las que lo persigan. A diferencia de las chicas de hoy, Rebeca no estaba desesperada por encontrar pareja, ni siquiera tomó la iniciativa de salir a buscar a Isaac, solamente se quedó en su puesto e hizo lo que tenía que hacer.

No digo que te encierres dentro de tu capullo y te alejes de los chicos; muéstrate pero quédate ahí, no te lances. Una joven que se entrega fácilmente no será totalmente amada; es de naturaleza masculina el aventurarse y salir a conquistar. Quien realmente te ama luchará por ti.

- Cultiva la belleza: Génesis 24:16 descubre que Rebeca era una joven hermosa y virgen. nosotras estamos más interesadas en cuidar una cara bonita porque es importante. Eso es bueno, pero es más hermoso un rostro interior impecable, y esto nos lleva a la pureza. Decir que se es virgen es algo que ya realmente no importa, pero ante los ojos de Dios es de gran valor, así que si quieres cultivar belleza no sigas los parámetros sensuales que dicta la cultura, comienza por la pureza y termina por el arreglo personal.

- Ejercita buenos hábitos: Está claro que si Rebeca se quedaba dormida el día que Eliezer llevaba sus camellos al pozo, se hubiera perdido la oportunidad de su vida. Esta joven estaba acostumbrada a madrugar para hacer trabajo duro, sabía lo que es la diligencia, se movía rápido y estaba presta a ayudar cuando la requerían; bastante diferente a los días que vivimos donde hay que suplicar el favor divino para que una chica se mueva de la cama y haga algo productivo, ¿no es así?¡Vamos chicas! El servicio debe ser distintivo en nosotras.   

- Busca la aprobación de tus autoridades: Ante la oportunidad de su vida, Rebeca hubiera podido soltar el cántaro, montarse en el camello y lanzarse a la aventura, pero en vez de eso consultó con sus padres para pedir su consentimiento. Con este gesto ella demostró un corazón humilde y sujeto a la autoridad. ¿Pueden tus padres y líderes cristianos aprobar tu noviazgo? O ¿prefieres hacerlo a tu antojo? Salirse con la tuya revela la rebeldía interior. Rebeca honró la autoridad de Dios sobre ella y Dios la bendijo por eso.

- Muéstrate segura: A Rebeca le preguntaron: “¿Irás con este varón?” (Eliezer) y ella respondió con un firme: “Sí, iré”. Ella no dudó a pesar de lo confusa que hubiera podido estar sin conocer al famoso Isaac; fue determinante y se mantuvo firme en su posición. No puedes arriesgarte a un noviazgo si no estás completamente de acuerdo y mucho menos al matrimonio. Debes estar segura de que quieres pasar con ese joven, y no con otro, el resto de tu vida.

Finalmente es Dios quien encaminará tu vida y el tiempo para que puedas dar el siguiente paso. Mientras eso ocurre, hay mucho por hacer. Espera en Dios al mismo tiempo que trabajas en ti misma.

Por Angélica Jiménez

 

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