Aprende a decir que no

En estas semanas atrás, una querida amiga me recordó que a veces tenemos que decir que no. Para algunas es fácil decir que no, pero para otras nos es sumamente difícil hacerlo, lo que resulta en un montón de responsabilidades y proyectos, de actividades que, si bien pueden ser excitantes y maravillosas, nos hacen perder el foco y poner patas arriba nuestras prioridades.

Mi amiga fue muy valiente al reconocer que el exceso de actividades la estaba alejando de su ministerio principal como esposa y madre, y fue muy valiente también al dar un paso atrás y renunciar a algunas de las cosas que ocupaban su tiempo. ¡Es muy difícil renunciar a lo que te gusta y disfrutas hacer!

Y este hecho me recordó un libro que leí hace un tiempo y que se basa en la siguiente frase: “¿Cómo puedes comerte un elefante? De un bocado a la vez”.

El libro está escrito por Tsh Oxenreider y se llama: “Un bocado a la vez, 52 proyectos para hacer tu vida más simple”. Se trata de 52 proyectos, uno para cada semana del año, que nos ayudan a simplificar nuestra vida en muchos aspectos diferentes.

Antes de continuar, debo decirte que está disponible para la venta, pero que está en inglés y no, no tengo intención de ponerme en contacto con la autora para traducirlo... estoy aprendiendo a decir que no, ¿recuerdas?

Uno de esos proyectos es, precisamente, “aprende a decir que no” y voy a resumirlo un poco para que te hagas una idea de por qué es necesario decir que no a veces.

“Decir que no es, en realidad, mucho más positivo de lo que suena. Cuando tomas la decisión deliberada de decir que no a todo menos a lo esencial, estás cuidando de ti misma y de tu familia. Poner a un lado esas actividades, oportunidades y buenas ideas que no son una bendición total para todos en tu familia, te da la posibilidad de enriquecer aquellas que sí lo son.

La mayoría de nosotras tiene la tendencia de decir que si a demasiadas cosas. Poner límites es difícil, especialmente en lo que se refiere a nuestro tiempo y esfuerzo. Lo pasamos mal diciendo que no... y como resultado pasamos nuestras días exhaustas y con demasiadas actividades.

¿Por qué decimos que sí cuando en realidad no queremos hacerlo? Entre otras causas podemos decir estas:

- Buscamos la aprobación de otros.

- No somos realistas sobre lo que realmente podemos hacer y lo que no.

- Nuestras prioridades no están claras.

- Hacemos por otros cosas que, en realidad, pueden hacer por sí mismos”.

¿Te cuesta decir que no? ¿Por qué crees que sucede eso? ¿Cuál es la razón por la que dices que sí cuando deberías decir que no?

Loading controls...