Aprende este secreto para vivir en el diseño de Dios

Ayer, contemplando el lago que tenemos cerca de casa, disfrutando la brisa y observando las nubes, mi esposo volvió a recordarme este mensaje. Y, ya que comienza una nueva semana, pensé compartirlo contigo, porque quizá tú también necesites recordarlo...

Disfruta los pequeños momentos. Eso es algo que estoy repitiéndome mucho a mí misma últimamente. No sé si tiene que ver con la edad o qué, pero estoy incorporando ese lema a mi vida.

En el mundo que nos ha tocado, todo parece ir rápido y sin darnos cuenta nos vamos sumando a esa carrera agitada, nos perdemos los pequeños momentos, las pequeñas cosas. Hoy quiero exhortarte a respirar y disfrutar los pequeños momentos que Dios nos regala, las cosas simples.

Mis hijos solo tendrán esta edad una vez. Por eso el otro día, a pesar de que estaba bajo una enorme presión de trabajo y tenía que terminar ese proyecto, cuando me pidieron “Mami, ven para aquí con nosotros”, los miré y decidí que debía disfrutar el momento. Me levanté de mi silla frente a la computadora y me acosté junto a ellos en el sofá. Nos reímos, los abracé, los besé. Jugamos. Fueron breves instantes, pero los disfruté y ese recuerdo se quedará para siempre conmigo. Disfrutar el momento.

Disfruta las pequeñas cosas. Esta es la época del “cosismo”. Todo el mundo quiere más cosas. Más nuevas. Más grandes. Más rápidas. Y en la persecución de esa ilusión efímera se nos va el disfrute de las pequeñas cosas que son las que en realidad conforman la vida y le dan sabor.

Prueba vivir dando gracias por tus pequeñas cosas. Si esperas hacerlo solo por “las grandes”… nunca lo harás. Y matemos de una vez y por todas al monstruo de la comparación. Compararse con otros nunca hizo a nadie feliz. ¡Al contrario! Aprendamos a contentarnos con lo que tenemos y a disfrutar nuestras bendiciones. A fin de cuentas, cuando lo hacemos solo estamos reconociendo esto: “Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras” (Santiago 1:17).

Este estilo de vida es un poco “contracorriente”, ¿sabes? Todo lo que te rodea dirá: “No te detengas, sigue corriendo, porque si te detienes, pierdes”, o “no pierdas el tiempo con esas pequeñeces, persigue lo grande”. Mujer de Dios, escoge vivir contracorriente porque a eso también nos ha llamado nuestro Señor. Si en realidad entendemos que cada momento y cada cosa que tenemos son una bendición de él, una buena dádiva, un don perfecto… disfrutémoslo. Pero disfrutar requiere detenerse, respirar, contemplar, agradecer…

Sé intencional en buscar oportunidades para disfrutar lo que tu Padre con tanto amor ha puesto en tus manos.  Vivir en el diseño de Dios implica que reconozcamos su bendición y la disfrutemos con gratitud.

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