Sin importar cómo Dios llama nuestra atención, lo importante es responder de inmediato.
“Iba a divorciarme. Una buena amiga prácticamente me detuvo y llamó mi atención. Me miró a los ojos y me hizo entender el camino por el que me estaba dirigiendo. Ese fue el punto decisivo. Fue difícil, pero hice muchos cambios".
El mejor momento para responderle a Dios en arrepentimiento es cuando nos da convicción de pecado. Si nos tardamos y resistimos a Su Espíritu, se nos hace cada vez más difícil humillarnos y arrepentirnos.
Jesús habló de ser rápidos para arrepentirnos en Mateo 5 cuando dijo “Por tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”.
Hoy estemos listas para responder, si Dios nos da convicción de pecado.
