Cambiando la ansiedad por paz

Mucha gente tiene una historia de “amor a primera vista” cuando se trata de sus cónyuges, pero mi travesía para convertirme en la esposa de Tyler no comenzó exactamente de esa manera.

Nos reímos de eso ahora, porque con dieciocho años y contando, ¡oh, cómo Dios ha bendecido nuestro amor! Pero digamos que el camino hacia la claridad relacional ha sido un largo y lleno de curvas, con un desvío o dos en el medio. Después de compartir una amistad cercana por varios años, el mayor desvío se produjo cuando Tyler finalmente tuvo el coraje de decirme que su corazón guardaba para mí mucho más que una amistad. Procedí a mirar a ese guapo chico a los ojos y le informé que amistad era todo lo que podía tener para él ahora.

¡Aaahhh!

Inmediatamente la división entró en nuestra relación. Nuestros corazones crecieron en ansiedad y nuestra interacción pacífica se convirtió en todo tipo de confusión.

Y no nos hablamos por meses.

De lo que me enteré más tarde es que Tyler fue muy intencional durante nuestro tiempo separados. En lugar de andar por allí buscando pelea o revolcarse en la preocupación, hizo un esfuerzo consciente para tomar distancia y poner sus deseos acerca de nuestra relación delante del Señor.

Él y yo estábamos tomando un descanso, pero él y Dios hablaron más que nunca.

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. – Filipenses 4: 6-7

Tyler hizo de estos versos su enfoque cuando, humildemente, clamó a Dios. Casi no puedo leerlos hoy sin sentirme abrumada por la gratitud y la emoción, porque el paso de fe de Tyler al poner su corazón ansioso ante Jesús habla tan bien de lo que él creía acerca de su Salvador.

Cómo actuamos revela lo que pensamos acerca de Dios …

¿Palabras fuertes? Puede ser.

Pero escucha, cuando tú y yo continuamos por el camino de la ansiedad, le comunicamos a nuestros corazones y al mundo que nuestro Dios no es lo suficientemente grande, digno de confianza o sabio para proveernos en Su camino y a Su tiempo. Por otra parte, cuando nos dirigimos al Señor en acción de gracias y oración, predicamos a nosotros mismos – y a todo el mundo que nos rodea – que nuestra confianza está ciertamente asegurada en la gracia, la soberanía y la bondad de un Dios que ve y provee.

¿El resultado de esto último? Dulce, sustentable paz. Aquellos que nos rodean la oirán en nuestras palabras y van a ser capaces de verla en nuestros rostros.

Cambiando la ansiedad por paz…

Ya sea que estemos viendo las noticias, hurgando en nuestras relaciones o luchando contra las espinas perpetuas a nuestro lado, todos los días tenemos oportunidades únicas de pasar de la ansiedad a la paz.

Pero, ¿cómo llegamos allí?

En Filipenses 4, Pablo nos ayuda a tratar con la ansiedad a través de una receta para la paz:

1 – “Por nada estéis afanosos”. Yo no voy a pretender que esto es fácil, pero si la Biblia lo dice, ¡con Dios es posible! Isaías 26: 3 dice: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado”. Puede que no suceda de la noche a la mañana, pero cuando escogemos leer, orar, enfocarnos y repetirnos a nosotros mismos quién es Dios y la verdad de Su Palabra, con el tiempo hay cada vez menos espacio en nuestras mentes para pensamientos ansiosos.

 2 – “…sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. En el camino hacia la paz nos encontramos con este paso crucial de oración y acción de gracias. Cuando humildemente vamos a Dios con nuestras peticiones y un corazón agradecido – ese que mira hacia atrás y reconoce todas las grandes cosas que Dios ha hecho– estamos huyendo deliberadamente de la preocupación porque nos concentramos más en la fiabilidad probada de Cristo y menos en nuestras circunstancias cambiantes.

3 -“Y la  paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús “. La paz de Dios supera con creces cualquier cosa que el mundo puede dar. Debido a esto, esta paz “inexplicable” es una de nuestras mayores puertas abiertas para compartir la esperanza de Cristo con los que nos rodean. Muéstrame una mujer que de ella brote una paz incomprensible en la adversidad, y yo te mostraré una multitud que está pidiendo lo que hace que eso sea posible. 

“La paz no es la ausencia de problemas, sino la presencia de Cristo.” ~ Sheila Walsh

¿Las personas en tu vida te categorizan como una mujer ansiosa o como una mujer pacífica? Esa respuesta podría ser una ventana a tu corazón, exponiendo lo que realmente crees acerca de Dios.

Príncipe de Paz, gobierna en y sobre nuestros corazones ansiosos…

Por Whitney D.

Loading controls...