Todos tenemos nuestro propio estilo cuando caminamos… unos caminamos como si estuviésemos bailando, otros como si estuviesen saltando, otros a velocidad tortuga y otros como si los estuviese correteando un fantasma.
Todos fuimos diseñados peculiarmente por Dios para hacer aquellas cosas que Él ha planeado que hagamos desde antes de que naciéramos, tal y como lo dice en Jeremías 1:5, “Yo te elegí antes de que nacieras”.
Ahora, el problema no es el estilo único que Dios nos ha dado para caminar, sino cuando decidimos no caminar con Él o alejarnos de Su presencia; cuando solo queremos caminar con Él los domingos o cuando todo nos está yendo bien.
Esta semana leí lo siguiente en el libro “Life Overflowing” (Una Vida Rebosante), escrito por uno de mis predicadores/líderes favoritos, Bishop T.D. Jakes:
“Nuestro caminar refleja nuestro llamado”.
No sé cuál sea tu llamado, eso solo te lo puede mostrar Dios a medida que sigues desarrollando tu relación con Él. Pero lo que sí sé es que Dios ha llamado a todos aquellos que nos llamamos ser Sus seguidores, a tener una vida llena de amabilidad, humildad, paciencia, amor y tolerancia con las personas que están en nuestras vidas (Efesios 4).
Este llamado no es imposible de vivir, pero me atrevo a decir que solo podremos llevarlo a cabo al conocer más a Jesús.
Sabemos que nunca podremos ser personas perfectas, pero sí personas que están dispuestas a reflejar ese llamado con sus vidas a medida que más conocemos a Jesucristo.
