Cinco formas de aprovechar al máximo la lectura de la Biblia

¿Cuántas? ¿Cuántas veces has contemplado tu Biblia cerrada y has pensado “es imposible leerla completa”, o “no soy capaz de comprender algunos libros, así que no los leo”, o “no hay forma de aplicar esto a mi vida”? O, simplemente, “¿por dónde empiezo?”

¿Cómo podemos aprovechar al máximo lo mucho o poco que leemos de la Biblia cada día? Muchas de nosotras estamos cansadas de seguir planes de lectura o de abrir una página al azar y comenzar a leer. Queremos más. Queremos tener un encuentro personal con el Dios de la Biblia, con el autor de cada una de las palabras escritas en ese maravilloso Libro.

Thomas Watson, un predicador puritano que vivió entre 1620 y 1686, respondió lo siguiente a la persona que le hizo esta misma pregunta: “¿Cómo sacar lo máximo de mi lectura de la Biblia?”. Por favor, pon atención a su minuciosa respuesta:

- Quita todo obstáculo, incluyendo cualquier pecado o preocupaciones mundanas.

- Prepara tu corazón

- Léela con reverencia

- Léela en orden

- Obtén verdadera comprensión comparando sus distintas partes

- Léela con seriedad

- Persevera en recordar lo que has leído

- Medita en ella

- Léela con humildad

- Cree que es la Palabra de Dios

- Tenla en alta estima

- Ámala con fervor

- Acércate a ella con un corazón honesto

- Pon atención a sus mandamientos y promesas

- No dejes de leerla hasta que tu corazón se conmueva

- Practica lo que lees

No queda mucho más que decir, ¿verdad? Para poder recordar mejor la esencia de esta respuesta, veamos cómo podemos resumirla en 5 puntos:

1. Léela fielmente.

No sirve con leerla los domingos o los días que te acuerdes, que te aburras o que no tengas nada mejor que hacer. Es mejor leer la Biblia durante menos tiempo todos los días, que lanzarte a un maratón de tres horas una vez al mes. Nunca vas a poder comprender lo que no conoces.

2. Léela en Oración.

A veces nos acercamos a la Biblia de la misma forma que abrimos una revista o un libro cualquiera y nos olvidamos de que necesitamos la ayuda de Dios para comprender nuestra lectura. Tenemos la oración, tenemos al Espíritu Santo para ayudarnos a comprender y aplicar lo que leemos ¿por qué no utilizarlos entonces?

3. Léela de forma activa.

Si nuestras mentes no están comprometidas en el proceso de lectura, no vamos a retener lo que estamos leyendo. ¿Cómo recordar la lectura?

- Con un diario, un resumen de lo que has leído.

- Anotando dudas o preguntas que puedan surgirte de la lectura para poder responderlas más tarde.

- Haciendo preguntas al texto - ¿quién? ¿qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué?

- Enfocándote en los personajes y en sus sentimientos y emociones, involucrándote como si fueras un personaje de la historia.

4. Léela en orden. 

Si vas a leer la Biblia completa comienza por Génesis y termina en Apocalipsis. Si vas a leer el nuevo testamento comienza por Mateo y sigue en orden hasta el final. Busca un cronograma de lectura que te marque qué porciones leer cada día para completar la lectura de la Biblia en un año, en dos años, en seis meses o cualquier otro plan que se acomode a tu tiempo y a tu día a día. Recuerda que la Biblia es un todo relacionado entre sí y es importante conocerla en su totalidad para poder ponerla en contexto y aprovechar al máximo lo que dice.

5. Léela con otros.

La vida cristiana está hecha para ser vivida en comunidad. Lee la Biblia por tu cuenta, pero busca también tiempos en los que puedas leerla junto a otras personas: tu esposo, tus hijos, una compañera de lectura o de oración, grupos en línea… de esta forma es más fácil comprometerse y seguir el programa de lectura.

Leer la Biblia, meditar en ella, conocerla, comprenderla… es vital para que podamos aplicarla a nuestras vidas. Pon en práctica estos cinco consejos y saca el máximo de la lectura de la Palabra.

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