Cinco formas en las que soy como Gedeón

¿Conoces la historia de Gedeón? Puedes leerla en Jueces 6-8. Dios usó a este hombre "esforzado y valiente" para derrotar al ejército de Madián con solo 300 hombres. Hoy quiero contarte cinco formas en las que me parezco a Gedeón:

1. Me desanimo porque sé que Dios puede hacer cualquier cosa... pero no lo hace cuando yo quiero.

La historia comienza con un Gedeón escondido, desanimado y apesadumbrado. Él sabe lo que Dios ha hecho en el pasado. Sabe lo que Dios podría hacer en ese mismo momento, pero está atrapado en ese espacio entre “saber” y “ver”, entre recordar y poner en acción la fe.

A veces el desánimo llega cuando nos empeñamos en que Dios tiene que hacer las cosas a nuestra manera y en nuestro tiempo. Debemos confiar no solamente en el poder de Dios, sino en que la forma y el momento que Él escoge para hacer las cosas son perfectos. 

¿Por qué dudas cuando las cosas no llegan? Recuerda lo que Dios ha hecho en tu propia vida en el pasado, cómo Dios ha obrado en situaciones de todo tipo y descansa en Su poder y en Su voluntad para ti. 

2. Veo el problema... pero soy muy débil para resolverlo.

Gedeón sabe que Israel necesita ser liberado y restaurado, pero piensa que no hay nada que él pueda hacer. Está convencido de eso porque sus ojos están en él mismo, no en el Señor. Cuando te sientas demasiado débil como para lidiar con los problemas en tu vida, levanta la mirada. Tú eres débil para resolverlos, pero Dios no.

Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”, 2 Corintios 12:9

Cuando más débil te sientes es, precisamente, cuando más puede obrar Dios en ti misma y en las situaciones que te rodean. 

3. Pido una señal de parte de Dios... pero cuando me la da parece no ser suficiente.

¿Te ha pasado alguna vez? Le dices a Dios que confiarás totalmente en Él o que harás lo que sabes que te está pidiendo si te muestra una señal. Necesitas esa señal, ese gesto, esa intuición desesperadamente para poder actuar. Entonces Dios te da una señal. Te da dos, te da tres... y sigues sin reaccionar ¡Suficiente! Si estás viviendo por fe no necesitas más señales, Dios te ha dejado Su Palabra para guiarte.

“Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino”, Salmo 119:105

No necesitamos señales para saber qué tenemos que hacer. Necesitamos conocer más a Dios y Su Palabra para saber cómo vivir bien, cómo vivir de la manera que a Dios le agrada. 

4. Miro los números para tomar ánimo... pero olvido al Dios de la Victoria

Cuánto tengo – cuánto dinero, cuántos amigos, cuántas oportunidades... Parece que cuanto más mejor. Descansamos cuando los números se incrementan y nos desesperamos cuando bajan ¡No lo hagas más! No confíes en los números, no sirve de nada. Gedeón tenía un ejército de 32.000 y Dios dijo “¡No!, no es así como quiero que ganes esta batalla”. Y redujo el número de soldados a 300 probando que la batalla es de Él y que la victoria nos la da Él.

Nuestros pensamientos no son los pensamientos de Dios. Los cálculos humanos que podemos hacer a la hora de definir una situación no tienen nada que ver con lo que Dios piensa. Pongámonos en Sus manos y hagamos el esfuerzo de conocer y reconocer la forma en la que el Señor hace las cosas. 

5. Dios me ha llamado, yo lo sé,... pero a veces siento temor

Justo después de que Dios llamó a Gedeón, le pidió que destruyera el altar de Baal que Israel había erigido. Gedeón lo hizo, pero tuvo temor de hacerlo durante el día y lo hizo durante la noche (Jueces 6:27). ¡Yo soy así! Quizás tú también; sabes lo que Dios quiere que hagas, sabes que estás llamada a hacerlo, pero sientes temor en lugar de disfrutar del gozo y la libertad de tu llamado.

No tengas miedo a hacer la voluntad de Dios. Él no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Timoteo 1:7). Si Dios cree que eres capaz de emprender una acción... entonces lo eres. No sigas dudando. 

Dios llamó a Gedeón. Le dio señales. Le hizo superar sus miedos. Le dio la victoria.

¿Estás enfrentando una batalla difícil? ¿Vas a ser como Gedeón o vas a confiar plenamente en el Dios que te da la victoria?

Loading controls...