Cómo envejecer

“Escúchenme ustedes, los de la casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel; ustedes, que han sido llevados desde que estaban en el vientre, sustentados desde que estaban en la matriz: Yo mismo los seguiré llevando, hasta que estén viejos y canosos. Yo los hice, yo los llevaré. Yo los apoyaré y los protegeré”, Isaías 46:3-4

“¿Cómo estás hoy?”, pregunté sin pensar. Mi amiga de 84 años susurró, señalando los dolores en sus articulaciones: “La vejez es difícil”, y añadió seriamente: “pero Dios ha sido bueno conmigo”.

“Nunca pensé que viviría hasta esta edad”, afirma Billy Graham en su libro Casi en Casa. “Ahora soy viejo, y créanme, no es fácil”. Sin embargo, Graham observa: “En tanto que la Biblia no soslaya los problemas que enfrentamos al envejecer, tampoco pinta a la vejez como un tiempo que haya que aborrecer o una carga que haya que aguantar apretando los dientes”.

Después, menciona algunas de las preguntas que ha tenido que enfrentar al envejecer, como por ejemplo: “¿Cómo podemos no sólo aprender a hacerle frente a los temores, luchas y limitaciones crecientes que enfrentamos, sino también a fortalecernos por dentro en medio de todas estas dificultades?”

En Isaías 46 Dios nos asegura: “Yo mismo los seguiré llevando, hasta que estén viejos y canosos. Yo los hice, yo los llevaré. Yo los apoyaré y los protegeré” (v. 4 RVC).

No sabemos cuántos años viviremos en esta Tierra o qué enfrentaremos al envejecer, pero una cosa es segura: Dios nos cuidará hasta el fin de nuestros días.

Señor, enséñanos a vivir bien cada día, para tener un corazón sabio.

Por: Lawrence Darmani

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