Cómo luce vivir en libertad

“Hermanos, ustedes han sido llamados a la libertad, sólo que no usen la libertad como pretexto para pecar; más bien, sírvanse los unos a los otros por amor.  Porque toda la ley se cumple en esta sola palabra: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.» Pero si ustedes se muerden y se devoran los unos a los otros, tengan cuidado de no consumirse también los unos a los otros.” – Gálatas 5:13-15

Como seguidora de Cristo, con frecuencia me pregunto si el mundo va a desear lo que ve en nosotras.

¿No te redarguye este pensamiento?

El amor de Dios hizo una vía para nuestra libertad a través del sacrificio de Jesús por nosotros. ¡Qué increíble saber que nuestra libertad se produjo a un costo tan alto!

El fundamento de la vida cristiana es un llamado a la libertad. Pero, ¿realmente vivimos como si fuéramos libres?

La lucha contra la carne…

La Palabra de Dios pasa bastante tiempo recordándonos nuestra libertad en Cristo. ¿Por qué? Debido a que nuestro Padre nos conoce demasiado bien. Proclamamos libertad, pero no se necesita mucho tiempo para que las cosas llamativas de este mundo atrapen de nuevo nuestra atención, haciendo que nos desviemos del pie de la cruz, olvidemos el alto costo de nuestra libertad y volvamos a sumergirnos en las obras de nuestra carne.

Nuestra carne también nos tienta a regresar a ser esclavas de la ley (Gálatas 5:1), o a ver nuestra libertad como una luz verde para el pecado simplemente porque ya estamos cubiertas por la gracia (Gálatas 5:13).

Cualquier extremo es un lugar peligroso para vivir y distorsiona el mensaje del evangelio que le comunicamos a un mundo perdido.

Cómo es vivir en libertad…

“Cuando Dios es nuestra porción y somos verdaderamente libres, entonces vamos a servirnos las unas a las otras a través del amor. La libertad brota en el amor con tanta seguridad como un manantial brota en forma de un arroyo de montaña. El libro de Gálatas está escrito para mostrarnos cómo convertirnos en un arroyo de montaña que sirve al valle con el manantial del amor.” ~ John Piper

Ves, éste vivir en libertad no finaliza con nosotras y las bendiciones que recibimos, puesto que ya no vivimos como esclavas (Gálatas 4: 7). La verdadera libertad se desborda en las vidas de otros, creando una oportunidad para Cristo en todos los que pueden ver su belleza.

¿Cómo se puede saber si alguien está realmente viviendo en libertad cristiana? Se ven y AMAN muchísimo como Jesús…

“No hagan nada por contienda o por vanagloria. Al contrario, háganlo con humildad y considerando cada uno a los demás como superiores a sí mismo. No busque cada uno su propio interés, sino cada cual también el de los demás. Que haya en ustedes el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús,  quien, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,  sino que se despojó a sí mismo y tomó forma de siervo, y se hizo semejante a los hombres;  y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.  Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,  para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;  y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios el Padre.” ~ Filipenses 2:3-11

Como seguidora de Cristo, con frecuencia me pregunto si el mundo va a desear lo que ve en nosotras.

Vamos a darles una visión de Jesús por medio de amarnos y servirnos bien entre nosotras.

Esta es la verdadera manera de vivir en libertad, para la gloria de Dios Padre.

Por: Whitney D.

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