Cómo puedes ayudar al mundo a ver a Jesús esta Navidad

"Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre, y su misericordia es de generación en generación a los que le temen. Hizo proezas con su brazo; Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes, y a los ricos envió vacíos. Socorrió a Israel su siervo, acordándose de la misericordia de la cual habló a nuestros padres, para con Abraham y su descendencia para siempre.” – Lucas 1:46-56

La semana pasada me escribía con una nueva amiga que está teniendo un cambio inesperado de trabajo este mes. El pasado miércoles, esta mujer ha perdido su única fuente de ingresos.

Esto haría que la mayoría entrara en pánico. 

Pero, cuando le pregunté qué era lo siguiente en su vida, recibí este pequeño mensaje:

“Nada nuevo aún. Pero Dios es mi guardián. Su gloria me está sosteniendo. Él me fortalecerá, me guiará y me convertirá en un jardín bien regado. Él es muy FIEL.”

¡Wow!

Esta no era la respuesta que esperaba.

Ella podía haberme dicho que no sabía cómo lo iba a hacer y eso es lo que yo estaba esperando. Podía haber hablado sobre el miedo a lo desconocido, sobre cómo no estaba segura de cómo pagaría su renta o cómo esto afectaría a sus objetivos y sueños futuros. Podía haber hecho una lista larga de razones por las que esto es injusto, especialmente en esta época del año.

Pero esta no fue su respuesta. Ella es la sierva humilde de Dios, así que su respuesta fue sobre Él.

Ella habló palabras de fe en lugar de miedo.

Ella habló palabras de esperanza en medio de una gran incertidumbre.

Ella habló muy poco sobre sí misma y mucho sobre Él.

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La Biblia dice que después de que el ángel le dijera a María que ella – una virgen – iba a dar a luz al Cristo, fue a visitar a su prima Elisabeth y cantó. Durante su vida no pudo haber nada más impredecible, pero ella escogió confiar, levantarse y experimentar de manera total e indescriptible los milagros que Dios estaba haciendo a su alrededor… incluso cuando no tenía idea de cómo iban a salir las cosas.

María podía haber escogido cantar una canción de desesperación; una canción sobre ella misma y sobre cómo eso no era lo que había imaginado para su vida. Podía haber hablado sobre su miedo de ser perseguida y rechazada por aquellos que no iban a entender. Podía haber cantado una triste canción sobre su falta de preparación, provisión y posición que haría este camino mucho más difícil. Podía haberse enfocado en lo imposible de la situación que iba a vivir, la carga extra que tendría que soportar, y la incomodidad que tendría que sufrir.

Pero esa no fue su respuesta en absoluto. Ella era la sierva del Señor, así que su respuesta apuntaba directamente a Él.

Esta Navidad, en lugar de hacerlo todo para nosotras, ayudemos al mundo a ver a Jesús con mayor claridad. 

Hablemos palabras de fe en lugar de miedo. 

Hablemos palabras de esperanza en medio de la incertidumbre. 

Hablemos poco sobre lo que nos falta y mucho sobre la vida abundante que tenemos en Él. 

¿Qué canción estás cantado para que el mundo escuche? 

Desafío: Haz una lista de preocupaciones que te han consumido últimamente. Al lado de cada preocupación escribe una característica de Dios que encontramos en la canción de María en Lucas 1. Que esta lista sea un recordatorio de quién es Dios y de la abundancia que tienes en Él.

Por Whitney D.

 

 

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