Completas en Él

Por fin había terminado mis tareas post-navideñas que involucraban desarmar el árbol, guardar los adornos, desinstalar las luces y quitar toda la decoración alusiva a la época.

Pero luego de notar que el colorido había desaparecido de mis paredes y rincones, sentí como si hubiera un gran vacío en toda la casa.  Parecía como si le “faltara algo”, como si necesitara darle un toque diferente para compensar todo el esplendor decembrino que había desaparecido.

De la misma manera nos sentimos cuando regresamos de vacaciones o de visitar familiares queridos que están lejos, o cuando se han marchado aquellos que nos visitaban.  El tiempo parece deslizarse como agua entre nuestros dedos. Las celebraciones, los regalos, las compras… todo ha quedado relegado a memorias y en muchas ocasiones, a grandes “resacas financieras”, por no mencionar la comprometida salud por comidas y bebidas excesivas.

Entonces,  luego de estos tiempos… ¿qué? Volvemos a la rutina y no podemos evitar en ocasiones sentir que también como que “nos falta algo”.  Pero demos gracias al Señor que como dice el Apóstol: En Cristo estamos completas  (Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad – Colosenses 2: 9-10).  En nuestras almas no hay hueco o rincones que puedan quedar vacíos, aunque nuestros sentimientos nos engañen.

Las promesas de Dios para con nosotras son fieles y verdaderas. Son en Él sí y en Él amén para la gloria de Dios.

Tenemos todo el tiempo por delante para renovar nuestro compromiso de vivir de acuerdo a Su Palabra y Su Voluntad.

Desechemos hoy todo pensamiento que pueda hacernos sentir que necesitamos más de lo que tenemos. Utilicemos este tiempo para evaluar a consciencia si hemos caído presas del materialismo y el consumismo que nos haya podido dejar en una situación financiera, espiritual y familiar que no da gloria a Dios.

Hoy es un buen día para comenzar de cero.

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