Concéntrate en Dios

Enoc demostró que para caminar con Dios se requiere concentrarnos en él, en lugar de estar centrados en nosotros mismos. Porque no se trata de pedirle a Dios los domingos que tome el control de nuestra vida, y el lunes se lo arrebatemos. Al hacer eso no estamos engañando a Dios, sino nosotros mismos.

Sin embargo, cuando vivimos una vida centrados en Dios, podemos experimentar 3 manifestaciones del poder de Su presencia:

1. Su dirección.
Es más fácil caminar por un lugar desconocido con la guía de alguien, que yendo solos. Seguir la dirección de Dios es mejor porque además de guiarnos, pone los recursos que iremos necesitando para cumplir nuestro propósito.

2. Objetivos concretos
Dejamos de divagar y de ir tras tonterías que nos distraen de nuestros verdaderos objetivos, porque estaremos satisfechos con Dios.

3. Cumplimos nuestros objetivos.
¡El Señor nos da la gracia que necesitamos para hacer ciertas cosas bastante bien! Y ser conscientes de ello nos da la confianza y autoridad para lograr nuestros objetivos porque sabemos que estamos siendo respaldados por él.

No podemos estar centrados en nosotros y caminar con Dios al mismo tiempo. Al igual que Juan el Bautista, cuando caminamos con Dios, no vamos a compararnos con los demás; no podemos andar en el camino de otro y decir que estamos caminando con Dios.

"¡No! Oh pueblo, el Señor te ha dicho lo que es bueno,  lo que él exige de ti: que hagas lo que es correcto, que ames la compasión y que camines humildemente con tu Dios." (Miqueas 6:8)

 

Loading controls...