"Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podemos ser salvos", Hechos 4:12
El estado de Illinois, en los Estados Unidos, tenía un gobernador llamado Rod Blagojevich quien fue acusado de haber abusado de su poder y se encontraba en proceso de ser sometido a juicio político. Él fue muy elocuente en la defensa de sí mismo, diciendo que fue acusado injustamente y que no había hecho nada que justificara el ser expulsado de su puesto o ir a la cárcel. Sin embargo, fue votado 59 a cero, tanto por los republicanos como por los demócratas, para ser sometido a juicio político; la votación fue unánime. Él estaba condenado al fracaso. Ellos dijeron que era culpable. Él dijo que no lo era.
Lamentablemente, esta situación representa a la mayoría de la gente con Dios. Miramos a nuestro alrededor a los demás y pensamos: "Bueno, yo no soy tan malo como ellos. Soy bastante bueno la mayor parte del tiempo, así que debo de poder entrar al cielo". "Mira, Dios y yo tenemos un acuerdo. Tenemos las cosas funcionando". Quiero dejar esto claro – si usted siente que puede estar bien con Dios a "su manera”, usted va a llegar al final de su vida, de pie ante Dios, y el voto será unánime: será condenado al fracaso.
Todos somos pecadores, pero, sorprendentemente, Dios nos ama tanto que envió a su Hijo a morir por nuestros pecados - a ser un sustituto para hacer frente a la sentencia que realmente nos merecíamos nosotros. Por lo tanto, si sentimos como si tenemos alguna manera de recibir la salvación que no sea a través de Jesucristo, esto muestra la ceguera de nuestra ignorancia pecaminosa. Es absolutamente atroz a Dios.
De continuar en ese camino, estaríamos condenados. Pero la Palabra de Dios nos da una gran noticia: "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad".
Al final, ¿usted va a ser condenado o perdonado?
