Confianza, fe, dependencia y gratitud

Desde tiempos antiguos, la viudez es considerada bíblica y culturalmente como una afrenta, un oprobio y hasta una maldición. Sin embargo, esas sombrías descripciones se desvanecen al equipararlas con las maravillosas verdades de las promesas de Dios para las viudas y los huérfanos. Al leer sobre ellos en la Escritura descubrimos que hay una relación íntima de Dios con la viuda y el huérfano, un amor, una ternura y un cuidado especiales para ellos:

-  Salmo 68:5 Dios afirma que Él es Protector de viudas y Padre de huérfanos.

-  En Éxodo 22:23 Dios dice que Él escuchará su clamor.

-  Deuteronomio 10:18 promete que Él les hará justicia.

-  Proverbios 15:25 dice que Él afirmara su heredad.

-  Salmo 146:9 dice que Él los sostiene.

Además, dio leyes al pueblo de Israel con advertencias de castigo si se permitía el maltrato y la injusticia hacia las viudas y los huérfanos.

¿Podría algún humano proporcionarnos semejante garantía? ¿Cuál debe ser entonces nuestra respuesta y actitud frente a estas verdades y a nuestra realidad?

CONFIANZA, FE, DEPENDENCIA Y AGRADECIMIENTO

Confianza y fe en El Dador de las promesas, dependencia de Su Palabra y del Espíritu Santo que ha puesto en nosotras, y agradecimiento porque Él es soberano y Su voluntad ha sido hecha. Él, JESUCRISTO, es justo, fiel y verdadero y Sus promesas son inmutables.

Frente a estas afirmaciones, alguien podría decir: “Bien, estoy de acuerdo en que debemos confiar, creer y depender en las promesas de Dios, pero ¿agradecer por quedarme viuda? eso es algo que no estoy segura de poder lograr o eso va mucho más allá de mis fuerzas”.

Con base en la Escritura y por experiencia propia, puedo testificar que el agradecimiento en medio de la viudez y el dolor es posible. Es posible porque, como creyentes, EL ESPÍRITU SANTO habita dentro de nosotras y es a través de Él que el poder de DIOS se perfecciona en nuestra debilidad. Y la recompensa de un corazón agradecido en medio del dolor y el sufrimiento es una de las más grandes bendiciones que podemos experimentar como cristianas pues, al hacerlo parte de nuestro estilo de vida, resultará en paz y gozo permanentes:

“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús”, (1 Tesalonicenses 5:18).

 "Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y  la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús”, (Filipenses 4:6-7)

“¡No se desalienten ni entristezcan, porque el gozo del Señor es su fuerza!”, Nehemías 8:10.

Podemos escoger dar gracias en la viudez, porque el agradecimiento en TODA circunstancia es la voluntad de DIOS y porque el tener un corazón agradecido nos garantiza paz para nuestros corazones y para nuestras mentes. Además, el agradecimiento en medio del dolor producirá gozo y este último nos fortalecerá. Sí, hermanas el gozo es posible en medio del dolor de la viudez, porque éste no depende de circunstancias externas, más bien de nuestra relación de dependencia de DIOS.

Por Yadira Erchila-Gorek

 

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