Hay una gran diferencia entre un consumidor y un productor. Los consumidores son aquellos que son usuarios, los que compran. Los productores son los que utilizan sus semillas para crear lo que consumen otros, los que venden.
Una manera para cambiar de ser un consumidor a un productor es mediante el reconocimiento de tus propias semillas. El mejor ejemplo de esto se encuentra en 2 Reyes 4, cuando la mujer viuda necesitaba cambiar su situación financiera y el profeta Eliseo le pregunta: "¿Qué tienes en tu casa?". Lo que ella necesitaba ¡ya estaba en su casa!
Características de una semilla
1. La semilla es la fuente de todo lo que nuestra vida puede llegar a ser. Por ejemplo, una idea-semilla, es simplemente un panorama en la imaginación que crea una fotografía invisible. Cuando está totalmente desarrollada, se puede construir una realidad. Te daré un ejemplo de ello, un arquitecto puede tener una idea-semilla y hacer dibujos. Un edificio puede construirse sobre la base de la imagen de la mente del creador. Dios nos ha dado a todos nosotros una semilla que tiene la capacidad de producir lo que no somos en este momento.
2. La semilla es el potencial de lo que podemos llegar a ser. Por ejemplo, cuando compramos un paquete de semillas, en el paquete está la imagen de en qué se convertirá la semilla. Todos nacemos con potencial, y sólo nos convertiremos en aquello que Dios nos designó a ser si vemos la semilla como él la ve.
3. Nuestra semilla es la fuerza vital para producir lo que queremos en la vida. Una de las cosas que retiene a muchos de nosotros de ser lo que soñamos, es nuestra incapacidad para encontrar el ambiente adecuado en el que podemos nutrir la semilla que está en nosotros. Por ello es tan importante que nos rodeemos del tipo de personas que nos puedan proporcionar formación para convertirnos en lo que vemos en nosotros mismos.
Dedica el tiempo necesario para descubrir la semilla que Dios te regaló con ideas, potencial y fuerza.
