Corazón Delator

Escritura Bíblica: Mateo 14:22-36 / Juan 6:16-21 / Marcos 6:45-56 NTV

Miles de veces hemos escuchado la historia de cuando Pedro falló por su poca fe el día que Jesús le mandó a caminar sobre las aguas. No creo que muchos de nosotros hubiésemos podido hacer esto, pero hay personas que usan este relato para querer mostrar lo imposible e incoherente que es Dios y su existencia.

Es difícil creer en algo si no lo hemos probado, pero, creamos o no, todos tenemos un enemigo común llamado miedo que paraliza nuestra visión, la manera en que hablamos, o cómo actuamos. Dejar que Dios tenga completa soberanía sobre nuestra vida a veces no es tan sencillo y es claro que el miedo y la fe no pueden habitar en el mismo corazón ya que el temor frecuentemente ciega los ojos a la presencia del Señor.

Por eso es muy importante que aprendamos a reconocer Su voz para tener la certeza de que Él silenciará el miedo que traen las tormentas.

Jesús declaró “No tengan miedo”. También dijo “¡Tengan ánimo! ¡Yo estoy aquí!” Él primero calmó la “tempestad” en el corazón de los discípulos y luego la del el mar. El gran “Yo Soy” que abrió el mar para Moisés, también lo puede abrir para ti. Jesucristo es el mismo ayer, hoy y para siempre.

No debemos permitir que la opinión de las otras personas nos mantenga con miedo o temor. Seguir a Jesús no nos garantiza una vida sin tormentas, pero si nos garantiza Su compañía y Su guía.
Sus promesas y Sus palabras nos darán el denuedo y la valentía para hacer lo que solos no podemos hacer. Nuestra fe no debe estar fundada en nuestras fuerzas, sino en el poder de Su Palabra.

“Oh hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” Esta reprensión no fue pronunciada mientras Pedro se hundía, ni antes de que Cristo le tomara de la mano. Fue pronunciada después de haberlo rescatado… lo cual delata Su corazón por nosotros.

R E T O
¡Enseñémosle a nuestro corazón a confiar en Dios con los ojos abiertos o cerrados!

“Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas”, Isaías 43:2 NVI

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