Corrección Santa

Creo que como humanos todos tenemos en común que no nos gusta que nos llamen la atención, que nos regañen, nos castiguen o que nos corrijan, ya sea con justicia o no… seamos grandes o pequeños.

Es difícil entender una corrección, aun de nuestros padres; pero de algo sí estoy más que seguro y es que ¡no hay mejor Padre que nuestro Dios! Él nos ama, nos protege, nos guía, quiere lo mejor para nosotros, se preocupa por nuestros problemas, nuestras familias, nuestra salud, nuestros amigos, nuestros trabajos, de TODO lo que está pasando en nuestras vidas…

Y es importante también que aceptemos que, como el buen Padre que Él es, también nos corrige. Ahora, como toda corrección muchas veces nos dolerá, otras veces no la entenderemos en el momento y otras veces estaremos totalmente de acuerdo con ella desde el principio…

Pero lo más importante de todo esto es que para poder escuchar Su voz, ya sea para alentarnos, guiarnos o corregirnos, tenemos que estar sincronizados con Él, conocer Su corazón. Y es en ese momento, cuando estamos atentos a Su voz, cuando Él podrá mostrarnos las cosas que quiere que mejoremos, que quiere corregir en nosotros; y a través de ese proceso de santificación nos hará ser cada día más como Él, como nuestro Padre.

Lee este pasaje y dile a Dios que te muestre durante el día de hoy las cosas que Él quiere que tú mejores, no solo las cosas que tú tengas en la mente, pero las cosas que Él quiere corregir en tu vida:

“Si ahora ustedes están sufriendo, es porque Dios los ama y los corrige, como si fueran sus hijos. Porque no hay un padre que no corrija a su hijo. Si Dios no los corrige, como lo hace con todos sus hijos, entonces ustedes no son en verdad sus hijos. Cuando éramos niños, nuestros padres aquí en la tierra nos corregían, y nosotros los respetábamos. Con mayor razón debemos obedecer a Dios, que es nuestro Padre que está en el cielo, pues así tendremos vida eterna. Cuando éramos niños, nuestros padres nos corregían porque pensaban que eso era lo mejor para nosotros. Pero Dios nos corrige para nuestro verdadero bien, para hacernos santos como él. Desde luego que ningún castigo nos gusta en el momento de recibirlo, pues nos duele. Pero si aprendemos la lección que Dios nos quiere dar, viviremos en paz y haremos el bien”, Hebreos 12:7-11 TLA.

Jesucristo murió por todos nosotros para que podamos tener acceso a la misma relación que Él tiene con el Padre. Entre más nos acerquemos a Jesús, más nos acercaremos al Padre. Sigamos conociéndolo más, creemos margen en nuestras vidas para conocer más profundamente a Jesús.

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