Creadas para estar cerca de Dios

Aunque admito que me encanta tener tiempo para mí misma, tiempo a solas sin las interminables demandas de mis tres hijos, también debo admitir que nunca soy más feliz que cuando cada uno de los miembros de mi familia están a mi lado, sanos y salvos.

Cualquier cosa parece posible mientras estemos juntos. Aunque pasamos muchas horas al día separados cada uno en sus quehaceres, la familia está hecha para estar junta, para permanecer cerca. 

Y es así como se siente Dios también con respecto a nosotras. 

A través de la Escritura vemos evidencias del dolor y de la ira de Dios en los momentos en los que Sus hijos se alejan de Él. 

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!”, Mateo 23:37

Dios es ese Padre celestial que, como una gallina con sus polluelos, como nosotras con nuestros hijos, quiere tenernos cerca, alabándole, adorándole, aprendiendo de Él, conociendo Su voluntad. Y nosotras estamos diseñadas para tener también ese mismo deseo de estar con nuestro Señor. 

¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío. Bienaventurados los que habitan en tu casa; Perpetuamente te alabarán”, Salmo 84:1-4

¿Es así como te sientes con respecto a Dios? ¿Deseas, anhelas estar con Él, pasar tiempo con Él, estar en Su presencia? 

Muchas veces, especialmente durante tiempos de duda, confusión, temor o frustración, encontramos difícil buscar refugio bajo Sus alas. A veces, simplemente, no sabemos cómo acercarnos a Dios cuando parece tan distante.

Acercarnos a Dios, llevar nuestro dolor, nuestra confusión, nuestro temor, consiste en llevar nuestros corazones a Él de la manera más honesta posible. Cuando te sientas lejana a Dios, cuando dudes, cuando el miedo te atenace, díselo. Dile que no das más, que no sabes qué hacer, que ya no tienes fuerzas. Y confía en que Él va a estar contigo. 

De igual manera, cuando sientas gozo, gratitud o alivio por alguna situación, díselo también. Llena tu corazón con alabanza. 

Aunque no sepas qué decir, aunque no sepas cómo orar, tan solo saca lo que hay en tu corazón. A Dios no le hacen falta oraciones complicadas, tan solo que vayas a Él. 

Él desea estar contigo, estar cerca de Ti ¿Lo deseas tú? 

Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros”, Santiago 4:8

 


Loading controls...