Cualidades de una chica justa

“Abridme las puertas de la justicia.” – Salmos 118: 19

Después de haber experimentado el perdón de Dios en tu interior y dar el paso determinante de perdonar a quienes te han fallado, la vista cambia; completaste la misión y pasas al siguiente nivel. En un videojuego podrás escuchar la canción de la victoria mientras se desliza por tu pantalla la palabra “Congratulations”; en el camino al perdón se ilumina una nueva pantalla, se abre un nuevo escenario ante tus ojos, ya no eres novata, cumpliste el entrenamiento, tienes experiencia a tu favor, hay un nuevo nivel por conquistar.

Aquí está la vista en trescientos sesenta grados, siendo tú parte de las audaces mujeres que se atrevieron a desistir de sí mismas y a abrazar el perdón conciliador. Todo este camino de renuncia a la venganza te ha traído justo aquí, frente a las robustas  puertas de la Justicia.

No estás en cualquier lugar, esta es puerta de Jehová. Has ingresado a una esfera más alejada del pecado, más cercana a Dios, dejaste el bullicio superficial del mundo para llegar a un lugar donde solo los justos pueden atravesar.

Tu primera misión es desarrollar cualidades que no hay en tu interior, pero que son necesarias si quieres atravesar el sendero de la Justicia.

1. Corre por un corazón determinado: La resolución de obrar con justicia debe primar en tu vida cueste lo que cueste, porque es lo que te mantendrá en pie. David dice: “Entraré por ellas”. No importa lo que allí adentro aguarde, aún si la persona que más amo me clava un puñal por la espalda, obraré con justicia, ¿y qué es lo justo? Perdonar, hazlo sin pensar.

La voluntad determinante y radical para obrar con Justicia te mantendrá a flote en este mar de aborrecimientos.

2. Corre por un corazón alegre: David añade a su justa determinación una parte muy significativa para él: la alabanza. Alabar a Dios reconociendo su grandeza en todo lo que él hace (aun cuando no te guste) te mueve en dirección del gozo. No hay lugar para pensar en los detalles de los momentos en los que te lastimaron; la alabanza suprime de tu mente los recuerdos dolorosos del pasado, y los cambia por gozo, alienta tu espíritu para seguir siendo determinante en perdonar hasta el infinito, sin bajar la guardia.

Pero si descuidas la adoración sincera te verás envuelta en descontentos, prestando oído a las voces del rencor y la sed de venganza… ¡Alto! Podrías ser expulsada de las puertas de Justicia. Puesto que al perdonar experimentas gozo profundo, contrarresta entonces el dolor con alabanza. ¿y qué es lo justo? abrazar el gozo de Dios, ahí está la fuente de fortaleza.

3. Corre por un corazón entregado: La justicia de Dios no se mide por los estándares de la justicia humana, y si deseas fervientemente permanecer del lado de la justicia de Dios debes descender del orgullo. Ese “ya no vivo yo” del que habla Pablo implica romper con los muros que tú misma levantaste. Pensando que de esa forma ya nadie más podía lastimarte lo único que hizo fue alejarte de los demás, cultivando el orgullo y manteniendo a salvo tu yo. De eso no se trata la justicia divina. ¿Y qué es lo justo?, vivir para los demás, exponerte ante ellos tal cual eres, no más vivir para ti.

Tener un corazón determinado, alegre y entregado a los demás te permitirá avanzar por el sendero de la Justicia divina. No es la opción más fácil, pero es el camino más excelente.

¿Qué esperas? ¡Corre ya!

Por Angélica Jiménez

 

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