Cuando "se suponía" no sucede

Se suponía que hoy estuviera reunida con el grupo de mujeres que cada viernes viene a mi casa para juntas estudiar la Palabra, crecer en nuestro caminar con Dios y aprender a vivir como Él lo diseñó. 

Se suponía que después mi mejor amiga me arreglara el pelo y yo terminara de empacar las maletas. 

Se suponía que luego mi esposo y yo nos subiéramos al auto, llegáramos al hotel y pasáramos, solos, un fin de semana paseando frente al mar y respirando el aire todavía cálido. Que disfrutáramos de un lujo escaso cuando hay hijos: conversar sin interrupciones y momentos de silencio. 

Se suponía que todo fluyera tal y como hacía meses lo habíamos planeado… pero mis “suponía” fueron sorprendidos por la vida y quedaron congelados.  Mis dos hijos están enfermos con fiebre y todos los demás síntomas que vienen con “la gripe”. 

Cambio de planes

¿Desilusionada? Tal vez, un poco. Sin embargo, he entendido que en el departamento de confianza necesito entrenamiento y decidí que iba a confiar. 

Esta es la realidad. Cuando la vida nos sorprende y tira por la borda nuestros planes, tenemos dos opciones: confiamos en Dios, en que Sus planes son mejores que los nuestros y en que, aunque no entendamos, Él sabe lo que está haciendo, o nos frustramos, nos enojamos y pataleamos… aunque al final el resultado sea el mismo: los planes cambiaron. 

He pasado por esta prueba -la de cambios en los planes- unas cuantas veces antes. Pero te confieso que no siempre la he aprobado, o al menos no con notas brillantes. En algunos casos me frustré. En otros me enojé y pataleé. 

Pero esta vez decidí que sería diferente. Y en esa palabra está la clave. Decidir. Confiar en Dios es un asunto de decisión. Él nos ha dado las promesas, pero depende de nosotros creerlas y confiar. Decisión. Él nos revela y nos prueba su carácter. Nosotros decidimos confiar en que será siempre igual. Confiar en Dios es algo que nadie puede hacer por nosotros. Es una decisión personal. Y he comprobado que cada vez que confiamos, se genera todavía más confianza. Es una espiral ascendente. 

Dios se complace en la confianza

“Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor sea su esperanza y confianza”, Jeremías 17:7 

No sé qué cambio o cambios de planes pudieran estar ocurriendo en tu vida ahora mismo. Tal vez, como yo, desaprobaste la prueba en el pasado. Pero hoy tienes la oportunidad de pasarla de nuevo y obtener una mejor puntuación. 

Decide que escogerás confiar. No se trata de entender, de tener una explicación. Se trata de confiar… porque serás bendita si así lo haces. 

Aquí te dejo algunos versículos que podemos usar para cuando la vida tire por la ventana nuestros “se suponía”. 

“Esto dice el Señor Soberano, el Santo de Israel: ‘Ustedes se salvarán sólo si regresan a mí y descansan en mí. En la tranquilidad y en la confianza está su fortaleza’” (Isaías 30:15). 

“Yo he venido como una luz para brillar en este mundo de oscuridad, a fin de que todos los que pongan su confianza en mí no queden más en la oscuridad” (Juan 14:26). 

“Hemos depositado nuestra confianza en Dios, y él seguirá rescatándonos” (2 Corintios 1:10). 

“Deberían depositar su confianza en Dios, quien nos da en abundancia todo lo que necesitamos para que lo disfrutemos” (1 Timoteo 6:17b). 

“Por lo tanto, no desechen la firme confianza que tienen en el Señor. ¡Tengan presente la gran recompensa que les traerá!” (Hebreos 10:35). 

“Nosotros sabemos cuánto nos ama Dios y hemos puesto nuestra confianza en su amor” (1 Juan 4:16). 

Vive confiada. Así fue como Dios lo diseñó.

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