Cuando tomamos la decisión equivocada

“Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra” – Rut 1:1

“Sin importar cuán difíciles sean las circunstancias en las que nos encontramos, el mejor lugar para estar es en la voluntad de Dios.”- Warren Wiersbe

Todas hemos estado allí – queriendo las bendiciones de Dios, pero no Su corrección.

Cuando la vida se nos complica y el descanso no llega, comenzamos a mirar a nuestro alrededor. Nos preguntamos si el prado en el otro lado está “más verde”.  Tierras lejanas y algunas oportunidades nos tientan a escapar de la “hambruna” de nuestras vidas.

El libro de Rut tiene lugar en la época de los Jueces, una época en la que Israel no tenía rey y cada uno hacía lo que le parecía que estaba bien a sus ojos (Jueces 21:25).

Al comienzo del libro de Rut, Israel estaba en uno de sus peores momentos en la historia, porque los israelitas estaban viviendo en incredulidad, desobediencia y haciendo lo que se les antojaba. Y por esas decisiones, ellos no estaban disfrutando de las bendiciones de Dios.

El conocer esta información es importante para comenzar a leer el libro de Rut, porque es en ese contexto en el que vemos a Elimelec, el esposo de Noemí, quien tomó la decisión de trasladar a su familia de Belén a Moab.

Sin saber la historia detrás de estos dos lugares, esa mudanza no parecería algo tan descabellado, excepto por el hecho de que…

Los Moabitas eran los descendientes de la relación incestuosa de Lot con su hija mayor (Génesis 19:30-38) y por tanto eran enemigos de Israel. Durante los 40 años de exilio en el desierto, Moab le había causado a Israel mucho daño:

No entrará amonita ni moabita en la congregación de Jehová, ni hasta la décima generación de ellos; no entrarán en la congregación de Jehová para siempre, por cuanto no os salieron a recibir con pan y agua al camino, cuando salisteis de Egipto, y porque alquilaron contra ti a Balaam hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldecirte. Mas no quiso Jehová tu Dios oír a Balaam; y Jehová tu Dios te convirtió la maldición en bendición, porque Jehová tu Dios te amaba. No procurarás la paz de ellos ni su bien en todos los días para siempre.”Deuteronomio23:3-6

Cuando conocemos un poco más la historia de estas dos naciones, vemos cómo ese traslado toma un mayor significado. Elimelec estaba literalmente moviendo a su familia al territorio enemigo.

Él no estaba poniendo su fe en Dios y en Su provisión, él estaba moviéndose de la tierra protegida y saliendo de Su Voluntad.

Elimelec decidió vivir de acuerdo a lo que se veía y no por fe, y las consecuencias fueron fatales.

Podemos observar por medio de esta historia que es mejor estar en la tierra que Dios ha escogido para nosotros, así estemos experimentando corrección y “hambruna”, que buscar aliento por fuera de Su voluntad y tratar de escapar a Su corrección.

¿Y lo entendemos, verdad? Cuando sentimos que en otra tierra tendremos mejores oportunidades y un mejor futuro para nuestras familias, cuando queremos algo de descanso para nuestra “hambruna”, nos vemos tentadas a dejar la tierra prometida que Dios nos dio y Su provisión.

Somos tentadas a vivir como Elimelec, fijándonos en lo que vemos y no en aquel en el que confiamos.

La tierra de lo fácil y lo abundante es siempre muy tentadora cuando experimentamos cansancio, hambre y desánimo.

Así que déjame decirte algo como tu amiga. Si has sido tentada como Elimelec últimamente y la “tierra” parece desolada y en hambruna, confía en Dios. Quédate donde Él te ha puesto y confía en que Él proveerá para tus necesidades.

Más adelante en la historia de Rut, vemos cómo Dios cumple y cuida de sus amados hijos. Él viene a su auxilio…

“Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él.” (Salmo 34:8)

“Dios está presente, allí donde te encuentras. Quédate quieta y firme. Estarás más bendecida y cuidada por Él que en otros lugares.” –Kelly Minter

Desafío: Esta semana toma una tarjeta y en un lado escribe esa área en la que piensas que estás pasando una “hambruna”. En el otro lado de la tarjeta, escribe un versículo que te hable sobre el hecho de poner tu confianza en Dios. Busca varios versículos hasta que encuentres el que se acomode a tu situación. Luego, en el transcurso de la semana, si sientes que empiezas a batallar con esa “hambruna”, lee el versículo una y otra vez y déjale a Dios esa situación.

Por: Angela Perritt

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