Cuatro maneras de orar en el sufrimiento

“Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro señor Jesucristo” – Colosenses 1:3

Si sólo pudieras orar por una cosa todos los días, durante los próximos treinta días (con la esperanza de que Dios respondiera en la forma que deseas), ¿cuál sería?

Detente.

No pienses demasiado. Completa transparencia aquí, chicas. ¿Cuál es la primera cosa que vino a tu mente?

En mi esfera de influencia, esto es lo que algunas de ustedes están pidiendo…

Un trabajo mejor.

Un marido.

Curación física.

Amistades significativas.

Provisión financiera.

El regreso de un hijo pródigo.

Libertad de la depresión.

Reconciliación en una relación.

Vacaciones del estrés de la vida.

A pesar de que cada una tiene una historia diferente que contar, el sufrimiento frecuentemente alcanza nuestras vidas y nos hace aterrizar a los pies de Jesús, donde nos encontramos pidiendo Su intervención y gracia. Chica, has aterrizado en el lugar correctoPero a diario cuando estamos atadas en el peso de todas nuestras batallas personales, a veces perdemos de vista el cuadro más grande del corazón de Dios para el mundo.

Las oraciones de Pablo lo mantuvieron enfocado en el corazón de Dios aun en medio de dificultades extremas.

En nuestra lectura de Colosenses 1, Pablo se encuentra bajo arresto domiciliario en Roma, escribiendo a los creyentes en la pequeña ciudad de Colosas. Su vida estaba ciertamente lejos de ser perfecta. Mientras Pablo estaba en espera de juicio con la esperanza de obtener su libertad física, los Colosenses se enfrentaban a la presión constante de los falsos maestros que estaban tratando de sacudir los cimientos de su fe.

Junto con estas dificultades actuales, también sabemos que Pablo está viviendo con un constante aguijón en su carne (2 Corintios 12) y que ya ha sufrido severamente por la causa de Cristo, lo que lo ha conducido hasta este momento (se puede leer un mínimo resumen en 2 Corintios 11).

Nosotras habríamos comprendido si Pablo hubiera gritado “¿Dónde estás, Señor?” en medio de esta serie de adversidades que le han atormentado a lo largo de su vida. Concordaríamos por completo si sus palabras comunicaran duda o un deseo de darse por vencido, y nos gustaría probablemente “chocar cinco” con él y estaríamos de acuerdo con sus oraciones si hubieran sonado un poco exasperadas por la inexorabilidad de todo esto.

Pero sorprendentemente, la carta de Pablo no refleja ninguna de estas actitudes.

Veo al menos cuatro cosas que podemos aprender de las oraciones de Pablo en favor de los Colosenses en tiempos de sufrimiento:

1. Ora con un enfoque en Dios“… de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios”.

Desafío: En lugar de solamente pedir a Dios que te quite la “espina”, ora para que Dios te llene de Su sabiduría y de inteligencia, que crezcas en Su semejanza y que puedas agradar al Señor y des frutos para Su Reino en medio de tu sufrimiento. Audazmente ora que, independientemente de Tus circunstancias, seas enormemente satisfecha en Dios.

2. Ora con un enfoque en los demás. “…desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros”; “…fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad…”

Desafío: En lugar de solamente orar por tus propias necesidades, de forma deliberada elige levantar a aquellos en tu vida que necesitan ser fortalecidos por el poder de Dios para que puedan soportar y tener paciencia con alegría en su sufrimiento (y luego animarles haciéndoles saber que estás orando por ellos!). Estar centradas en los demás a menudo nos da la perspectiva necesaria y la oportunidad de consolar a otros con la consolación que nosotras mismas hemos recibido de Dios (2 Corintios 1: 4).

3. Ora con un enfoque en el Evangelio. “a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad…”

Desafío: Como seguidora de Cristo en tiempos de sufrimiento, ora con confianza con tu corazón puesto en la verdad del Evangelio – recordando el sacrificio de Cristo y la victoria sobre la muerte, la gracia en la que estás ahora (Romanos 5: 2) y el hecho de que tus aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria que será revelada a ti (Romanos 8:18). ¡Qué oportunidad para el mundo de ver la esperanza del Evangelio viva a través de ti!

4. Ora con un enfoque en la acción de gracias“Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo…”; “con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz.”

Desafío: Cuenta tus bendiciones – audiblemente nómbralas de nuevo al Padre en tus oraciones – y ve tus aflicciones momentáneas desvanecerse a la luz de Su gloria y gracia.

“¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración.” – Santiago 5:13

¿Estás lista para transformar tu vida de oración en medio del sufrimiento?

Por Whitney Daugherty

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