Dar las gracias

“Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación”, Santiago 1:17

¿Qué es lo que más agradeces? ¿Tener la visita de un ser querido? ¿Tener un gran pavo y pastel de calabaza? ¿El sonido de la risa de los niños?

Piensa en el primer día de Acción de Gracias, el día que los antepasados apartaron para dar gracias. Los primeros peregrinos dieron gracias al Creador omnipotente que proporcionó su alimento. Ellos estaban principalmente preocupados por tener suficiente comida para sobrevivir los inviernos, porque muchos de los primeros colonialistas murieron de hambre.

Estas personas no tuvieron dificultad en creer en un Creador. Eran gente sencilla que vivía de la tierra. Se dieron cuenta de que cuando las bellotas caían en tierra se convertían en robles y cuando caían las piñas crecían los pinos. Ni una vez vieron un pino provenir de una bellota, por lo que sabían que Dios tenía un plan ordenado para todo.

Ellos vivían en el filo de la vida y allí es donde Dios suplía sus necesidades.

En la emoción del Día de Acción de Gracias, es fácil olvidar a los que son menos afortunados. Deberíamos siempre velar por quienes están solos o con hambre.

Por encima de todo, no dejes que tu acción de gracias se convierta en un ritual. Con tu familia y amigos, canta o recita las palabras de la Doxología (Alabanza a Dios de quien toda bendición fluye…).

 

Lectura Bíblica Diaria

1 Corintios 5-8

Loading controls...