¿De dónde proviene el gozo?

“Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne” – Filipenses 3:3

Sin importar cuán fuerte pensemos que es nuestra fe, todas luchamos con creer algunas de las cosas que Jesús nos dice. Una de esas cosas tiene que ver con la fuente de nuestro gozo.

Pensamos que lo tenemos todo bajo control y que sabemos cómo llevar una vida sin contratiempos. Y cuando nos referimos al gozo, estamos convencidas de cómo ser joviales de la mejor manera.

Y muchas de nosotras estamos bajo la ilusión de que, si encontramos el hombre de nuestros sueños, la dicha nos acompañará siempre. Solo si nuestros hijos dejaran de discutir y fueran obedientes, entonces nuestra dicha sería imparable. Si nosotras encontráramos buenas amigas, un trabajo que nos proporcione seguridad financiera, una iglesia firme, una casa organizada, tiempo a solas… entonces nuestro gozo será máximo.

Pero Pablo nos dice algo muy diferente. Él dice que nuestro gozo se encuentra en el Señor y no en las cosas de la carne. Y esta es una verdad muy dura. Lo que él quiere decir es que tú y yo estamos perdiendo el tiempo si pensamos que algunas de las cosas mencionadas anteriormente son ese arco iris que nos llevará a la vasija de oro al final.

El verdadero, profundo y duradero gozo se encuentra solamente en Jesús. Incluso Jesús lo dijo así en Juan 15:11

Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.”

Y por nuestra fe en Jesús es que nuestro gozo debe estar arraigado en Él. Pablo nos dice en tres ocasiones que estemos “alerta” - que seamos cuidadosas porque estamos rodeadas de enseñanzas equivocadas y personas que quieren hacernos daño o guiarnos por el camino equivocado.

Necesitamos proteger nuestra fe. Debemos cuidar de que no nos guíen por una mala enseñanza.

Fortalecemos nuestra fe cuando comparamos lo que escuchamos con lo que dice la Palabra de Dios y nos damos cuenta lo que es verdadero.

Pablo dice que es una pérdida de tiempo cuando ponemos nuestra confianza en cualquier cosa que no sea Jesús.  Nuestra nacionalidad, talentos, aptitudes morales o la familia no pueden ser nuestra fuente del gozo. Nuestro dinero, nuestra salud, conocimiento, educación o amigos no pueden ser nuestra fuente de gozo. Cada cosa terrenal es temporal, lo que quiere decir que las cosas que en ella están así mismo son.

Pero Jesús es eterno y lo que Él ofrece es eterno.

Cuando tu fe es inquebrantable -cuando es firme- es cuando no importan las circunstancias porque tu gozo será rebosante.

Si reemplazamos a Jesús con cualquier otra cosa, entonces nos será muy difícil de entender ese gozo del que Pablo nos habla, nos será difícil entender que Jesús nos sostiene siempre. 

Desafío: Haz una lista de todas las personas, cosas y circunstancias en las que estás buscando el gozo. Piensa en aquellas cosas que te roban la dicha. Y en frente de cada una de ellas escribe por qué no puedes recibir ese gozo completo que estás buscando. Encuentra algunos versículos que te hablen de cómo encontrar ese gozo duradero.

Por: Jen Thorn

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