De situaciones y decisiones

Me fascina el libro de Proverbios. Siempre que lo leo encuentro algo nuevo, algo que me habla al corazón, e incluso cosas que me provocan una sonrisa. 

Y eso me pasó hoy. Mientras desayunaba abrí la Biblia en Proverbios 20 y comencé a leer con un doble propósito… ciertas preguntas en mi mente estaban buscando respuesta. Fue entonces que el versículo 24 dio un salto de la página a mi vista: 

El Señor dirige nuestros pasos, entonces, ¿por qué tratar de entender todo lo que pasa?” 

La vida a veces nos presenta situaciones que batallamos por entender. Les damos vueltas, las analizamos, las tratamos de razonar… pero no encontramos la respuesta. Parece ser que a Salomón le pasó lo mismo y en su sabiduría llegó a entender que es en vano tratar de entender todo lo que pasa a nuestro alrededor. Y no solo vano, ¡imposible! 

En este sencillo versículo de Proverbios 20 se encierra una gran verdad: Dios tiene el control, yo no. Me toca a mí orar por la situación, buscar el consejo de Dios o de hijos suyos en quienes tenga confianza y vea sabiduría, pero al final, el resultado está en manos de Dios. Por mucho que me esfuerce, en ocasiones lo entenderé y en otras no. Lo que creamos acerca de Dios en estos casos nos ayudará mucho: soberanía absoluta y amor inagotable. Dios es soberano y decide, no tiene que contar conmigo ni contigo. Su amor inagotable obra siempre a nuestro favor. 

Por otro lado, hay ciertas situaciones que son meramente el resultado de nuestras decisiones, como lo afirma también este otro proverbio: 

La gente arruina su vida por su propia necedad, y después se enoja con el Señor” (19:3). 

¿Te diste cuenta? Estoy segura de que en muchas oportunidades o lo has visto o las vivido. Gente que cuestiona a Dios por las cosas que suceden a su alrededor y se olvidan de que sencillamente lo que les pasa es producto de malas decisiones. O de decisiones apresuradas: 

Los planes bien pensados y el arduo trabajo llevan a la prosperidad, pero los atajos tomados a la carrera conducen a la pobreza” (21:5). 

La vida es una enorme decisión. Cada día contribuimos a esta, ya sea para bien o para mal. Por eso me gusta tanto el libro de Proverbios, porque contiene un caudal de sabiduría que, si le prestamos atención, nos ayudará a que al menos la mayoría de nuestras decisiones sean acertadas. Y digo la mayoría porque no podemos olvidar que en nuestra humanidad el error siempre es posible. 

No olvides consultar tus decisiones con el Señor, no apresurarte; y si algo no entiendes, confía. Dios sabe lo que hace, aunque a veces no nos lo parezca. ¡Él es el diseñador!

Loading controls...