Decide ser una bendición para el hombre de tu vida

Proverbios 31:12 dice: “Esa mujer le hace bien y no mal, todos los días de su vida”. 

¿Realmente buscamos hacerle bien a nuestros esposos? La pregunta pudiera parecer innecesaria, pero no lo es. Es muy fácil no buscar el bien de tu esposo y no darte cuenta. 

Algo que ha sido regla para mí: no hables mal de tu esposo CON NADIE. Ahora este hombre es parte de tu propio ser. Ya vimos que fue Dios mismo quien determinó que ahora que están casados, son una misma persona. Por lo tanto, así como no buscas hacerte daño, te cuidas, te valoras y te respetas a ti misma, estás obligada por Dios a hacerlo con él. Por supuesto, se sobreentiende que él hará lo mismo contigo, pero no estamos hablando de los esposos, sino de nosotras. 

En segundo lugar, si ambos son hijos de Dios mediante la fe en Jesucristo, entonces tienes un compromiso mayor todavía porque tu esposo es también tu hermano en la fe, alguien que ha sido incorporado a la familia de Dios. Y Dios es celoso de Sus hijos. A veces se nos olvidan estas cosas. La familiaridad hace que las pasemos por alto. Tengamos cuidado. 

Ya que él es parte de nuestra carne y un miembro de la familia divina, cierra tus labios y solo ábrelos para hablar bien de este hombre. Sé una bendición para él en público

A veces queremos adjudicarnos la función del Espíritu Santo para cambiar a nuestros esposos. Déjame decirte algo, ¡por mucho que lo intentes no lo lograrás! Esa tarea Dios ya se la dio a alguien más. A ti y a mí nos toca trabajar para que nuestros esposos se sientan amados. 

Las mujeres de nuestra generación tenemos un poco torcidas las ideas en cuanto al rol de las esposas. Estos argumentos que te presento son muy criticados por los movimientos feministas, pero la verdad es que Dios no es machista ni feminista. Dios es Dios y ha establecido un orden en Su creación. Si queremos vivir como Él lo diseñó, tenemos que seguir Su plan.

¿Y sabes algo? Cuando lo hacemos experimentamos una plenitud de vida que nada ni nadie más nos puede dar. La mujer que busca ser sabia decide ser una bendición para su esposo y, al hacerlo, ella misma es feliz. Te desafío a probarlo.

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