Desafío a dar gracias (Día 1)

Dar gracias a Dios. Parece un acto sencillo. Lo es y no lo es. 

Lo es si lo hacemos en los momentos alegres, cuando todo marcha bien, cuando la vida sonríe y, sobre todo, cuando no nos cuesta nada. Cuando el motivo es evidente.   

No lo es cuando todo parece ir al revés. Cuando las oraciones llevan tiempo sin ser contestadas, o cuando la respuesta no era la que queríamos o esperábamos. Cuando hemos dado muchas cosas por sentado y nos cuesta agradecer algo que es rutina o demasiado común. 

Sin embargo, el diseño de Dios es que demos gracias en toda situación. Esa frase encierra un absoluto: toda. No es opcional ni alternativo. Es dar gracias en toda situación.  

Y entendamos que no se trata de algo ciego, cargado de fanatismo. No es dar gracias por el familiar que murió, o el trabajo que perdí o el diagnóstico que me dieron. Es dar gracias en la situación. En medio del problema, gracias a Dios que me sostiene, gracias a Dios que me da fuerzas, gracias a Dios que me abraza y me consuela, gracias a Dios por la esperanza en Cristo... incluso cuando me duele y no entiendo.

Entonces, dar gracias es un estilo de vida, una decisión que se vuelve parte de nuestra existencia. ¿Fácil? No siempre. Pero sin lugar a dudas es un mandato dado por Dios y, cuando lo practicamos, nos cambia de adentro hacia afuera.

Por eso este desafío será solo un punto de partida y verás que una vez que lo pruebas, vivir dando gracias a Dios produce en nosotros tal transformación que no quieres vivir de otra manera.

Desafío para hoy: Anota tres situaciones de tu vida en las que nunca antes habías dado gracias a Dios. 

Pasaje para memorizar: "Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús" (1 Tesalonicenses 5:18, NTV).

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