Desafío a dar gracias (Día 8)

¿Alguna vez te has detenido a mirar el cielo? Pudiera parecer una pregunta tonta, pero en la sociedad que vivimos, al menos en Norteamérica, muy pocas veces nos detenemos a contemplarlo. Y cuando sí lo hacemos, poco se ve porque las luces de la ciudad nos impiden ver las estrellas.  

Cuando mi esposo y yo éramos recién casados y vivíamos en otro país, a veces subíamos a la azotea de la casa a mirar las estrellas. Sí, era romántico, pero también era una experiencia de adoración. Observar juntos la maravilla del firmamento lleno de estrellas, unas aisladas, otras agrupadas. A él le gustaba mostrarme las constelaciones y explicarme las formas y sus nombres. 

Nuestra casa de ahora, aunque en una ciudad muy grande, está en un área menos poblada y una noche mientras caminaba por el vecindario alcé los ojos para mirar al cielo y me di cuenta que hacía días que no lo hacía. Una vez más me dejó maravillada.

Hoy regresaba en la tarde y el cielo estaba precioso, como si Dios hubiera tomado un pincel y hubiera dado brochazos blancos cortos sobre un lienzo azul. Y en la noche venía en mi auto, otra vez, y cuando miré al horizonte la luna me dejó casi sin palabras con su color más bien dorado y las puntas hacia arriba. Mi hija comentó que el cielo parecía sonreír. ¡Qué bellos los cuadros que pinta Dios!

Siempre he dicho que entre las cosas de la naturaleza que más admiro están el cielo y el mar. Ambos me recuerdan qué pequeños somos y qué grande es el Dios que tenemos y que creó toda esta belleza. Cuando me levanto en las mañanas me gusta abrir la ventana de la cocina, dejar que entre la luz del sol y ver la franja de cielo azul que Dios me regala. Es casi un ritual matutino.

¿Te ha pasado como a mí, que en el ajetreo de la vida pasan los días y no alzas la mirada al cielo para dejarte envolver por la magnificencia de la creación?

Dios nos ha regalado este mundo en que vivimos. El aire que respiramos, la luz, el calor, las flores, el agua. Todo tiene el sello del Creador, lo hizo para nosotros. ¡Que no se nos vuelva tan común que dejemos de admirarlo y olvidemos darle gracias!

Desafío para hoy: Si puedes hacerlo, sal afuera y mira al cielo, a tu alrededor. Luego anota tres cosas de la naturaleza por las que des gracias a Dios.

Pasaje para memorizar:  "Los cielos te pertenecen y la tierra también; todo lo que hay en el mundo es tuyo; tú lo creaste todo", Salmos 89:11

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