Desafío a dar gracias (Día 9)

Obviando aquellos casos en los que tristemente los padres no fueron lo que Dios tenía en mente desde el principio (abandono, abuso, etc.), por lo general un papá y una mamá son las primeras personas que nos aman cuando llegamos a este mundo. Ellos hacen un sinnúmero de sacrificios para cuidar de nosotros y darnos todo lo que necesitamos para crecer y desarrollarnos. 

Sin embargo, no es sino hasta que llegamos a ser adultos, y en muchos casos convertirnos nosotros mismos en padres, que podemos entender todo lo que implicó para ellos criarnos y prepararnos para la vida. 

Honrar a nuestros padres es reconocer todos esos esfuerzos, respetarlos, escucharlos, ayudarlos. Pero sobre todas las cosas honrar a nuestros padres es una señal de obediencia a Dios: "Honra a tu padre y a tu madre. Entonces tendrás una vida larga y plena en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da" (Éxodo 20:12).

Llegará el momento en que nos toque cuidar de ellos, como lo hicieron con nosotros, porque los años pasan y nos guste o no nuestros padres envejecen. En esa etapa también tenemos la responsabilidad no solo de honrarles sino de cuidarles. 

Quizá mientras lees estas palabras vienen a tu mente recuerdos no tan gratos de cosas que hubieras querido que fueran diferentes en la manera en que tus padres te criaron. A lo mejor no tuviste una mamá amorosa o un papá comprensivo. ¡Te tengo una noticia! Ahora que eres hija de Dios tus necesidades de una paternidad excelente ya están cubiertas. Tu Padre celestial te ama como nadie podrá hacerlo jamás (Juan 1:12).

Pero, además, recuerda que no existen padres perfectos, tú y yo tampoco lo seremos. Sin embargo, no hay que ser perfecto para dar amor y mucho menos para merecerlo. Creo que ese punto ya Dios nos los probó en la cruz donde la perfección murió por la imperfección.

Por otro lado, el ejemplo que demos a nuestros hijos al honrar a nuestros padres será vital para que ellos aprendan a hacer lo mismo… y tengan una vida larga y plena en la tierra que el Señor les da.

Así que hoy quiero invitarte a reflexionar en esto, con gratitud en tu corazón.

Desafío para hoy: Dale gracias a Dios por tus padres, anota tres razones por las que tus padres son un motivo de acción de gracias. Y si tu situación es diferente, anota tres maneras en las que percibes el amor de Dios como tu papá celestial.

Pasaje para memorizar: “Honra a tu padre y a tu madre —que es el primer mandamiento con promesa— para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra”, Efesios 6:2-3

Loading controls...