Dioses de sí mismos

Tenemos una fuerte lucha en el cristianismo de hoy. Modelos y estructuras que hacen creer a las personas que los mismos son más importantes que Dios mismo o que los hacen a ellos tan importantes que terminan siendo dioses de sus vidas.

Y esto se introduce cada vez más en la vida de la gente.

¿Generamos contextos para que Dios pueda ser una posibilidad para la vida del otro o generamos ambientes para que tu creas que puedes ser una posibilidad para tu propia vida?

El gran truco de este tiempo es cambiar el centro de tu vida. ¿Eres tu ese centro y, con gran cantidad de herramientas y miradas, crees que lo puedes todo? ¿O usas las nuevas distinciones para ayudarte a ti mismo y a los demás a sentarse a los pies del Maestro y que Él sea el centro de sus vidas?

El fin de la historia de quienes se terminan convirtiendo en centro de sus vidas, queriendo ser Dios, ya lo sabemos.

Lucifer es el mejor y primer ejemplo, y terminó en tinieblas. Adán y Eva son el segundo, y terminaron fuera de la unción de Dios.

En tinieblas y sin unción te lleva siempre el querer ser el centro y solo te conviertes en una cisterna rota que no retiene agua.

Pero la gran noticia del día de hoy es que podemos ir por el río de agua viva que fluye y fluye.

Cuando usamos el lenguaje, las herramientas de diseño y la búsqueda de la incorporación de nuevas distinciones para que el poder del Espíritu Santo brille en nosotros, y lo dejamos a Él trabajar con nuestras nuevas adquisiciones, cada una de ellas te permite que la gloria de Dios brille en tu rostro y que todo lo que hagas prospere.

¿Tinieblas o falta de unción? ¿Quien es el centro de tu vida? ¿DIOS o tus nuevas verdades de cómo llevar adelante tu vida, tu familia, tu iglesia?

Generemos ambientes para que Dios sea el centro y no solo para que los demás se sientan bien.

Loading controls...