¿El amor se iguala a la obediencia?

Al inicio de nuestro matrimonio, mi esposo y yo llevamos a su hermano menor Daniel a comer pizza. Mientras ordenamos, noté que Daniel había traído un carrito de juguete y lo estaba rodando sobre la mesa. Gradualmente las “carreteras” del carrito se extendían más allá de los bordes de la mesa.

Cuando me di cuenta, Daniel estaba gateando y manejando el carro en el piso poco higiénico del restaurante y le ordené que se levantara del piso. Me miró con expresión sorprendida y los ojos bien abiertos, y con total sinceridad me respondió, “¡No estoy en el piso!”

A menudo mi esposo y yo nos reímos cuando recordamos esa escena de obstinación infantil. Nos trae a la memoria nuestra propia conducta en muchas ocasiones. Cuántas veces no he dicho “Te amo, Señor” mientras mis acciones niegan tal expresión. Las palabras tienen significado. Cuando mis acciones contradicen mis palabras, mi discurso pierde validez.

Jesús nos dio la prescripción para que demostremos nuestro amor por Dios, “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos”, Juan 14:15

El amor a Dios está directamente ligado con la obediencia a Él. He encontrado que la obediencia, aunque a veces resulta difícil, se me facilita cuando me enfoco en Su amor por mí. Cuando me enfoco en Su enorme amor y misericordia hacia mí, me motiva a responder en obediencia.  El apóstol Pablo lo describe de esta manera, “Pues el amor de Cristo nos apremia, habiendo llegado a esta conclusión: que uno murió por todos, por consiguiente, todos murieron;  y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos”, 2 Corintios 5:14-15

Debido a la gratitud por Su muerte sustitutiva y Su gran demostración de amor hacia mí, deseo devolverle Su amor caminando en obediencia a Él.

¿Qué piensas? ¿El amor iguala la obediencia? ¿Cómo está Dios pidiéndote que respondas a Su amor hoy?

Por Kimberly Wagner

 

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