El corazón valiente

"Por tanto, no desfallecemos”, 2 Corintios 4:16

"Así que aquí estamos, 150 años después del inicio del feminismo; movimiento que empezó a afectar a nuestra cultura profundamente. Contamos con el número más alto de adultos solteros; número nunca antes registrado en la historia de nuestra nación, en la iglesia o fuera de ésta. Tenemos casi el mismo índice de divorcio que el que vemos fuera de la iglesia. Y tenemos ya varias generaciones de hombres confundidos a quienes se les ha venido diciendo que su masculinidad es precisamente la causa de la opresión de la mujer —que es exactamente lo opuesto a lo que la Biblia enseña sobre los roles complementarios de los sexos y sobre el modelo que Jesús nos da, del siervo-líder que todo hombre debe cultivar para beneficio de la iglesia, de sus esposas y de sus familias” —Carolyn McCulley 



¿Te encuentras en ocasiones desanimada debido a la oscuridad de la cultura que te rodea—quizás por lo que te rodea en tu hogar o en tu lugar de trabajo? A veces parecería que nosotras las cristianas estamos quedándonos tan atrás en la batalla por la cultura que en ocasiones pensamos que lo mejor sería tirar la toalla.

En ocasiones Pablo fue tentado al ver el hedonismo existente en Roma y preguntarse si su pequeño grupo de cristianos sería suficiente para luchar contra la cultura carente de Dios del imperio más poderoso conocido por el hombre en aquel tiempo. ¿Habrá temblado su corazón por temor o desánimo? Dos veces en su segunda carta a los Corintios Pablo exhorta a los creyentes que vivían en esa cultura sexualmente inmoral que no se descorazonaran. ¿De dónde provenía la valentía de Pablo?

La palabra en inglés “desfallecer” está contenida en el verso clave de hoy y viene del término en griego que  hace referencia a perder el coraje o, inclusive, a rendirse cobardemente. Tenemos que admitir que para muchas mujeres cristianas que viven predominantemente en un mundo post-cristiano, ésta es una tentación muy común.  Pero no nos rendimos; no debemos descorazonarnos. Hay mucho en juego y nuestro Capitán es digno de nuestro continuo servicio.

¿Cómo podemos encontrar el valor para vivir en tiempos tan hostiles? Pablo nos ofrece la respuesta en el verso final del capítulo 4: "al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas"
 (v. 18).

El vivir con una perspectiva eterna, el enfocarnos en el Reino de Dios, el vivir con el conocimiento de que la vida en la tierra es temporal y de que Él nos ha llamado a reflejar Su gloria en nuestro mundo —nos infunde fortaleza y valor para perseverar, aun al enfrentar tan grande oscuridad.

Tómate un tiempo para reflexionar 

  • Medita sobre el texto de 2ª Corintios 4.
  • ¿Te has cansado y desanimado en tu caminar cristiano, en tu matrimonio, en tu rol de madre o en alguna otra área de tu vida?
  • Usa este pasaje para enfocarte en la verdad. Pídele a Dios que te dé Su perspectiva eterna sobre tu situación. Y recuerda que es en Su poder, no en el tuyo, que la victoria será obtenida.
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