Eligiendo envejecer con gracia

Todos tenemos un deseo natural de construir nuestra reputación.

“Trato de hacer mi trabajo—para construir un nombre”.

“Es como el reconocimiento de una marca, pero yo misma soy mi marca”.

Juan el Bautista reta nuestra forma natural de pensar. Con su espíritu humilde, dijo: "El que viene después de mí, el Cristo, el Mesías, yo no soy digno de desatar la correa de sus sandalias. Es necesario que él crezca, y que yo disminuya”.

¿Es esa la actitud de tu corazón? ¿Quieres que Jesús sea exaltado? ¿Quieres que crezca Su reputación?

Tratar de construir nuestro propio nombre es frustrante porque nunca podremos hacer suficiente. Pero cuando servimos para la gloria de Dios y nos enfocamos en engrandecer Su Nombre - es cuando encontramos la verdadera satisfacción.

 

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