Emociones controladas por el Espíritu (Parte 2)

En la primera parte vimos cómo el hombre y la mujer fueron creados diferentes para cumplir con roles específicos dados por Dios y por ende sienten las emociones en formas distintas. Con la caída, las emociones que fueron creados por Dios para aumentar nuestra felicidad y gozo se convirtieron en lo que nos hacen pecar. 

Encontrando gozo en nuestras emociones

¿Qué podemos hacer para regresar y tener gozo al vivir de la manera en la que el Señor nos diseñó? Aquí algunos consejos:

1. Necesitamos que el Espíritu Santo more en nosotros, por el arrepentimiento de nuestros pecados y el reconocimiento de Cristo como único Señor y salvador. Solo el Espíritu trabajando en nuestro corazón y mente nos da el poder para vivir como Dios quiere que vivamos.

2. Necesitamos caminar en el Espíritu. Gálatas 5:16-18 nos enseña que al caminar por el Espíritu no cumpliremos los deseos de la carne, porque estos se oponen el uno al otro. Si andamos de esta manera, nuestras emociones serán manejadas de manera agradable a Dios, porque no estaremos buscando satisfacer los deseos de nuestra carne.

3. Necesitamos arrepentirnos y pedir perdón por nuestras acciones pecaminosas, por nuestras reacciones emocionales que nos llevan a pecar. De no hacerlo, estamos conformándonos al mundo, cuando lo que debemos hacer es transformar nuestra mente (Romanos 12:2).

4. Es de gran ayuda conocer los cambios que nuestros cuerpos experimentas una vez al mes. Durante este tiempo nuestras emociones suelen alterarse y podemos dejar que nuestra mente vaya a pensamientos y sentimientos errados. Por supuesto, debemos reconocer que el pecado nunca tiene justificación, por lo que cada pensamiento debe ser llevado a la obediencia de Cristo, sin importar el día del mes.

5. Debemos identificar las mentiras que llegan a nuestra mente causando emociones equivocadas y reemplazarlas con la verdad, con las cosas que agradan a Dios (Filipenses 4:8). La meta del Señor es formarnos a la imagen de Cristo (Romanos 8:29) y Él usará nuestra lucha para cumplirla.

6. Aunque haya días en los que sintamos que la tarea es imposible, debemos confiar en la promesa de transformación del Señor. Dios es quien hace la obra en nosotros y Él seguirá trabajando hasta el día de Cristo Jesús (Filipenses 1:6).

7. Ora continuamente por la obra que Dios está haciendo en ti (Filipenses 2:13), para que tu corazón esté en el lugar correcto para ser transformada y puedas disfrutar de lo que Él hace en ti.

8. Reconoce que mientras estamos obedeciendo, Dios está desarrollando el dominio propio en nosotras (Gálatas 5:23), y esto nos ayudará a controlar nuestras emociones y en todas las demás áreas de nuestras vidas. Pero recuerda que el dominio propio es fruto del Espíritu, que separadas de Él nada podemos hacer.  

9. Solamente viviendo en obediencia a Cristo y caminando por fe en el Espíritu Santo seremos capaces de tener de nuevo la armonía entre la mente y el corazón, para que podamos comportarnos como zavithen nuestras relaciones y glorificar a Cristo en nuestras vidas.  

10. Mi oración para cada una de nosotras es 1 Tesalonicenses 5:23-24, “Y que el mismo Dios de paz los santifique por completo; y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Aquél que los llama, el cual también lo hará”.

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