Encontrando libertad de la pornografía

Recientemente leí sobre una chica que estaba paseando por una tienda local, cuando de repente sintió unas ganas tremendas por una barra de chocolate. Las ganas se volvieron tan poderosas que se olvidó de lo que estaba haciendo y fue directo a la tienda de dulces. Buscó opciones preguntándose cuál debería escoger.

Ella encontró uno que nunca había visto. La etiqueta atrajo su deseo con palabras como “¡Nuevo gran sabor!” “¡Satisfacción garantizada!” “¡No más antojos!” La chica tomó la barra de chocolate y comenzó a saborear su primera mordida. Su ser completo fue cautivado en el momento. Le encantaba la manera en que el chocolate la hacía sentir. Era tan gratificante que ella estaba segura de que nunca más necesitaría otro.

De repente la chica notó un sabor extraño y asqueroso. En lugar de comer un suave chocolate, se dio cuenta que en realidad estaba masticando lodo. El sabor asqueroso se hizo insoportable y el estómago de la chica comenzó a agitarse con la idea de lo que tenía en su boca. Ella corrió a una fuente de agua, escupió toda la mezcla de lodo y lavó su boca con jabón. Después de un largo rato, miró la etiqueta de la barra de chocolate que tenía en la mano. Sus pensamientos volvieron a recordarle qué tan cremosa y deliciosa sabía la primera mordida del chocolate, y de repente anhelaba más…

Aunque esta historia es ficción, nos da una idea clara de cómo funciona la pornografía. La pornografía se disfraza como un paquete de caramelos ofreciendo promesas como “¡Satisfacción garantizada!” y “¡No más antojos!” Al igual que la barra de chocolate, al principio parece cumplir esas promesas, pero solo por un corto tiempo. Al final te encuentras sintiéndote mal contigo misma por lo que hiciste y, al mismo tiempo, tienes unas ansias extrañas de querer más.

De acuerdo con una investigación reciente, está estimado que 9.4 millones de mujeres acceden a páginas pornográficas cada mes. Tristemente, ese número crece cada año. Chicas de todas las edades son esclavas a la pornografía sin ningún poder para escapar.

Si tú eres una de esas chicas que luchan con esta área específica, tengo grandes noticias para ti.

¡Hay esperanza! Si has confiado en Cristo como tu Salvador, puedes tener esperanza y libertad duradera en esta área. La verdad es que en ti y por ti no tienes ningún poder para escapar, pero con el poder de Cristo dentro de ti puedes encontrar libertad. El pecado y la muerte fueron derrotados en la cruz por Jesús. No hay pecado en el mundo que sea demasiado grande para ser conquistado por Dios.

Si estás luchando con la pornografía y el deseo de encontrar libertad en esta área, permíteme animarte a considerar estas ideas y versículos.

Confiésale tu pecado a Dios. 1 Juan 1:9 dice, “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y limpiarnos de toda maldad”.

Pídele a Dios que limpie y renueve tu mente. Romanos 12:2 dice, “Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto”.

Pídele a Dios que te ayude a llenar tu mente de santidad y verdad. Filipenses 4:8 dice, “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad”.

Haz lo que sea necesario para deshacerte de la pornografía. Deshazte de los libros, revistas, televisión, computadoras, etc. Mateo 5:29 dice, “Y si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno”.

Chicas, quiero que sepan que no tienen que continuar con sus luchas secretas. Estos versículos son solo el principio de lo que Cristo tiene para ofrecerte en la victoria de esta área. Te animo a que hables con tus padres o la esposa de un pastor sobre tu lucha. Para libertad y gozo, necesitas el seguimiento y la guía que este blog no puede ofrecerte.

Por Bethany Baird

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