¿Es necesidad o solo un deseo?

En la vida existe un gran dilema entre lo que es una necesidad y lo que es un deseo. Conocer la diferencia es muy importante al momento de tomar decisiones económicas y de hacer compras inteligentes.

Quiero contarle lo que Dios dice respecto de los deseos. Él habló de los deseos en la Parábola del Sembrador. Si usted recuerda, con respecto a la semilla sembrada que cayó entre espinos, Él dijo que los espinos eran las riquezas y los placeres de la vida. Entonces, la Palabra de Dios fue recibida con gran gozo al principio, pero las riquezas y los placeres de esta vida la sofocaron y no pudo llevar fruto.   

Definamos qué son las necesidades, recordando que difieren según de quién se trate. Lo que puede ser una necesidad en mi vida, podría ser un deseo en la suya; lo que podría ser un deseo en su vida podría ser una necesidad para alguien más. Usted puede tener una necesidad que es totalmente diferente a la mía. Yo tengo la necesidad de un auto si voy a movilizarme de un lado a otro, y es posible que eso mismo sea un deseo muy grande para una persona en la India. Pero en mi vida, de todas formas, eso sigue siendo una necesidad. Puede que cueste mucho dinero, de hecho un automóvil en Estados Unidos puede costar 18.000 dólares y cuando se compara esa cantidad con lo que gana una persona en la India, estamos hablando del salario de cinco años.

¿Se da cuenta? Dios no está interesado en el costo de las cosas, lo importante es saber si dichas cosas responden a una necesidad o a un capricho. Esta es la clave para identificar si es una necesidad o no. ¿Existe una necesidad mayor como resultado de no tener esto que quiero comprar? Si al no tener eso usted no será capaz de cumplir el ministerio o el negocio al que Dios le ha llamado, o no será capaz de satisfacer las necesidades de su familia, entonces, no hay lugar a duda de que se trata de una necesidad básica. La comida, el transporte, la ropa, la casa, son necesidades básicas en nuestra vida.

Recuerdo a un hombre de negocios a quien aconsejé hace algún tiempo atrás. Mientras repasábamos sus inversiones descubrí que tenía un avión de casi 4 millones y medio de dólares. Normalmente, yo le preguntaría a una persona si comprar un avión de 4 millones y medio no es más que un deseo o un antojo en su vida. Después de aconsejarlo durante unos treinta minutos, descubrí que el avión de 4 millones y medio de dólares no era un antojo, era una absoluta necesidad; él era el dueño de una línea de charters y ese era su trabajo, así se ganaba la vida. Para mí, obviamente, un avión de 4 millones y medio de dólares podría ser el deseo más grande que se pueda concebir, pero para lo que Dios lo llamó a él, el avión era necesario porque de allí venían sus ingresos.

Entonces, cuando esté pensando en comprar algo, pregúntese: ¿Es esto una necesidad? ¿Realmente lo necesito para vivir? Y si es una necesidad ¿Cómo la voy a satisfacer? ¿La puedo satisfacer sin comprar algo de marca? ¿Estoy en búsqueda del estatus social? ¿O voy a comprar algo más caro porque es una buena inversión económica a largo plazo? Este es el tipo de preguntas que tienen que pasar por su mente cada vez que desee hacer una compra inteligente. Recuerde lo que 1º de Corintios 4:2 dice: “Se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel”. Y la meta en nuestra vida, más que acumular riquezas, debe ser aprender a ser fieles al Señor Jesucristo también en el área económica.

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