Pasaje: Eclesiastés 4:9-11
Versículo Clave:
Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante (v.10)
Miré hacia arriba y ellos estaban parados todos juntos en aquel cuarto tan pequeño. Seis rostros que he aprendido a amar como amigos muy queridos. Sus ojos estaban llenos de preocupación, misericordia. Sus palabras eran como un bálsamo curativo a mi espíritu agotado. Mientras ellos comenzaban a orar, sus manos sobre mi hombro, yo dejaba correr lágrimas de agradecimiento. “Gracias, Dios, por mis amigos,” susurré.
¿Qué sería de mí sin mis amigos?
He pensado mucho sobre este tema en los últimos días. Cuando me mudé para América, 30 años de mi vida fueron empacados en cuatro maletas no muy grandes y una mezcla de emociones fluía mientras aterrizábamos en el aeropuerto Hartsfield-Jackson el 27 de Noviembre de 1999. Emoción por haberme casado con el amor de mi vida y sin embargo, la tristeza de haber dejado toda una vida de tesoros atrás…conocidos como mi familia y mis amigos.
Mientras busco en mi lista de contactos en mi teléfono, las memorias de aquel día son tan sólo una sombra. Dios me ha enviado amigos fieles a través de los años: Amigos “que me han levantado cuando me he caído.” Amigos que me han “abrigado calurosamente en los valles fríos de mi vida.” (v.11). Ciertamente, Salomón estaba pensando en mis amigos cuando escribió Eclesiastés 4.
No hay duda que la amistad verdadera es uno de los regalos más grandes de Dios para nosotros. Como dijo Salomón, “¡ay del solo! que cuando cayere, ¡no habrá segundo que lo levante!” y sin embargo, mucha gente enfrenta soledad durante todo el año y especialmente en la temporada de vacaciones.
“Usted debe ser un amigo para poder tener un amigo.” La verdad de esta declaración me reta a chequear mi corazón con respecto a cómo trato a mis amigos.
El tema de buena y mala compañía es un capítulo entero en mi próximo libro. Ciertamente, la Biblia tiene mucho que decir acerca de las características de un buen amigo. Pero hoy quisiera enfocarme en unas pocas características de la amistad verdadera:
Amigos verdaderos se emocionan por sus logros. No hay lugar para celos en la amistad verdadera.
“Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.” Santiago 3:14-15
Para Reflexionar: ¿Usted se emociona por los logros de sus amigos? ¿Usted se regocija cuando su amigo tiene éxito, encuentra el amor verdadero, comienza un ministerio o recibe una promociónٕ? ¿Usted se regocija cuando ella o él es el centro de toda atención en vez de usted? El estado de nuestros corazones cuando vemos a otros lograr acontecimientos importantes los cuales hemos deseado para nosotros mismos revelan la profundidad de nuestro amor por el prójimo.
Amigos verdaderos dicen la verdad, en amor… aun cuando duele.
“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre.” Gálatas 6:1a
Para Reflexionar: Yo estoy bendecida al tener un par de amistades quienes “lo dicen tal cuál como es” cuando lo debo oír. Una amistad en particular se ha convertido como un compás muy fuerte en mi vida. Ella es una mujer de oración y llena de sabiduría y Dios la ha usado numerosas veces para señalar defectos en mi personalidad que necesitaban un cambio. Sin embargo (y esto es sumamente importante), ella también es la primera en alentarme y regocijarse conmigo con el logro de cada acontecimiento importante, por muy pequeño que sea. Yo valoro su honestidad y apoyo. ¿Es usted ese tipo de amigo? mejor aún ¿puede usted manejar ese tipo de honestidad de sus amigos?
Amigos verdaderos no hablan mal de usted.
“El que anda en chismes descubre el secreto; Mas el de espíritu fiel lo guarda todo.” Proverbios 11:13
Para Reflexionar: Murmurador, intruso, calumniador – estos son algunos de los términos usados en la Biblia para describir a los chismosos. Ninguno de ellos es halagador. Ninguno de ellos evoca el pensamiento de un amigo ideal. ¿Usted puede mantener un secreto? ¿Usted no se aguanta por querer criticar a una amistad y decírselo a otra? Yo creo que este es un problema mayor con muchas mujeres. Piénselo: María le cuenta a usted el secreto de Sara… o ella habla mal de Sara detrás de su espalda, ¿Será posible que ella haga lo mismo con usted cuando usted no está presente? ¡Exactamente! Amistades verdaderas tienen la cortesía de guardarse los secretos y de no compartir información privada. Punto.
Amigos verdaderos dan sacrificialmente
“Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos.” Juan 15:13
¡Cuántas veces yo he necesitado a un amigo cuando es inconveniente para ellos! Si usted vive lejos de su familia como yo, usted de seguro ha necesitado la ayuda de una amistad en algún momento.
Para Reflexionar: Amigos verdaderos entregan sus vidas… sacrificialmente. Ellos paran sus planes del día por un amigo necesitado. Ellos resisten el juzgar para mostrar compasión a un amigo necesitado. ¿Es usted compasivo con sus amistades? ¿Usted hace lo que esté a su alcance para ayudar a un amigo necesitado? Amigos verdaderos son dadores. Y sacrificio es una de las demostraciones más grandes de amor.
Verdaderamente, el regalo de la amistad fue una de las mejores ideas de Dios. Fue otra manera que El escogió para demostrar su amor por nosotros. La amistad verdadera resiste el tiempo, la distancia y las pruebas. Ustedes pueden que no se hablen por meses y puede que hasta no se vean por años. Sin embargo, el amor entre ustedes y su dedicación nunca cambian. El amor es el centro de la amistad verdadera… y esto sabemos: El amor es el mejor de todos los regalos.
“Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” 1 Corintios 13:13
¿Es usted un amigo verdadero?
