Esclavo de las tentaciones y los pensamientos

“Sr. Palau:

Me siento esclavizado por tentaciones y pensamientos que no son correctos. Fui criado en una buena familia, pero con mis amigos del colegio y mis propios pensamientos, me siento muy atribulado. Ayúdeme a librarme”.

Respuesta:

Mi estimado joven, doy gracias a Dios por su confianza en escribirme una carta tan abierta y sincera.

Primero, en parte sus amigos tienen que ver con esos pensamientos que usted bien dice lo esclavizan. Cuando yo tenía dieciocho años, leí un pasaje de la Biblia que me ha sido de ayuda desde aquellos tiempos, y ahora que tengo hijos jóvenes, estoy enseñándoles el mismo principio que proviene de ese pasaje tan hermoso de la Biblia.

"Dichosos los que no se guían por consejos de malvados, ni andan con pecadores, ni se burlan de las cosas de Dios, sino que se deleitan en hacer la voluntad de Dios, y día y noche meditan en sus leyes y en cómo andar en mayor intimidad con Él. Son como árboles junto a las riberas de un río, que no dejan de dar delicioso fruto cada estación. Sus hojas nunca se marchitan y todo lo que hacen prospera" (Salmo 1:1 3). 

Le recomiendo que busque ese párrafo, lo subraye con lápiz rojo, lo aprenda de memoria y, por supuesto, lo practique. Este nos enseña, en primer lugar, que usted tiene que separarse de los compañeros cuyas palabras, bromas y expresiones lo llevan a pensar y contemplar acciones impuras. Usted quiere tener la lozanía de la juventud y pureza. Quiere ser un joven próspero. Para lograr esto, debe dar los pasos adecuados, así como un comerciante honesto cumple con ciertas leyes materiales económicas, también debe hacerlo usted con su vida moral y espiritual.

Segundo, tiene que aprender a controlar primero sus pensamientos para luego controlar sus acciones, y para lograrlo debe pensar, meditar y hacer deliciosa para su alma la lectura y meditación de la ley de Dios, o sea, la Biblia.

Sin embargo, joven, en tercer lugar usted necesita un poder sobrenatural para llevar a cabo lo que la Biblia demanda, y usted puede obtenerlo si recibe a Cristo en su corazón. Él tiene todo poder en el cielo y en la tierra, y si habita en su corazón, el poder de Cristo será suyo.

Loading controls...