Escoge vivir en la libertad del perdón

“…sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado” – Romanos 6:6

Es curioso cómo las madres tendemos a atascarnos en ciertos “temas” o “tópicos” y parece que hablamos una y otra vez con los hijos de lo mismo como un disco rayado. Sólo una vez más… permíteme decirte esto, sólo una vez más.

Muchas veces el tipo de vida que vivimos está creado a partir de las decisiones que tomamos en nuestro pasado y las que hacemos para nuestro futuro.

Querida, nuestras elecciones son importantes.

“…sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.” – Romanos 6: 6-7

Tenemos una elección: ¿vamos a aceptar el hecho de que a través de la sangre derramada de Jesús, nuestros pecados han sido perdonados?

¿Vamos a aceptar el hecho de que ya no somos más esclavos… ahora somos hijos de Dios? (Gálatas 4: 7)

¿Este día, vamos a elegir vivir en esa libertad, abrazarla, aceptarla y dejar que nos cambie?

Mira, todas tenemos que escoger si vamos o no a permitir que nuestras mentes y corazones experimenten el resultado del perdón.

¿Vamos a aceptar lo que Cristo ha hecho? ¿Vamos a aceptar Su perdón y abrazar lo que esto significa para que nuestras vidas avancen?

Debido a esta opción, aceptar y abrazar el perdón va a ser una elección que tendremos que hacer TODOS LOS DÍAS.

Seamos realistas, todos los días nos equivocamos y necesitamos del perdón.

Y cada día vamos a tener que elegir: ¿Vamos a aceptar el perdón de Cristo o vamos a permitirnos llegar a ser esclavas de la culpa y la vergüenza de ese pecado?

Me encanta lo que dice Joy Forney:

“Cuando pecas, pide perdón, y luego sigue adelante. No insistas en los últimos pecados de este día, de la semana pasada, del mes pasado o del año pasado. Se han ido. Están cubiertos, y te son perdonados. Camina en el día de hoy. Y después en el de mañana. Y en el día después de…”

Cada mañana cuando sale el sol y los rayos llenan tu cocina, recuerda Su promesa:

“Mis misericordias son nuevas cada mañana.” (Lamentaciones 3:22)

No estamos llamadas a una vida de perfección.

Vamos a meter la pata, vamos a luchar con el pecado. Algunos días va a ganar, algunos días no lo hará. Pero debemos elegir pelear esas batallas, y hay que optar por buscar a Jesús, buscar Su rostro, pedir perdón y aceptar Su gracia.

“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él…” – Deuteronomio 30:19-20

El resultado del perdón es una vida vivida para Dios.

Y así hablo con mis niñas en las mañanas alrededor de nuestra mesa de la cocina sobre el perdón, sobre la importancia del mismo, y por eso quiero que entiendan cómo este regalo increíble cambia sus vidas.

Quiero que ellas decidan aceptar el perdón de Dios en la actualidad y todas las mañanas futuras.

Quiero que elijan vivir en la libertad que Cristo ha pagado por ellas.

Quiero que elijan la vida y abrazar el amor y el perdón que Jesús ofrece.

Debido a que nuestras elecciones son importantes, ¡vamos a elegir vivir en el amor, el perdón y la libertad HOY!

Por Ángela Perritt

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