Esposa vs. Mamá

No sé en tu país, pero en España, todos nos devanábamos los sesos de niños contestando la pregunta “¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?” Pasábamos horas discutiendo, que si el huevo, que si la gallina y dábamos argumentos para ambos.

No fue hasta que tomé decisión por Cristo que ¡por fin! pude contestar esa pregunta sin tener que pensar demasiado: La gallina fue primero. Porque Dios lo dice. El relato de la creación (Génesis 1) da explicación al acertijo infantil.

De la misma forma, ya como adultas, hay ocasiones en las que, a veces de manera inconsciente, nos planteamos un acertijo similar. ¿Qué es primero o qué es más importante: ser esposa o ser mamá? Yo he escuchado decir a mujeres, muchas de ellas cristianas, cosas como: “mis hijos están antes que tú” o “mis hijos son míos y a ti te encontré en la calle”.

Y lo peor de todo, es que todavía dentro de nuestras iglesias hay muchas dudas entre las mujeres de si su rol como madre es más importante o viene antes que su rol como esposa.

De la misma manera que la Biblia resuelve sin dar lugar a ningún tipo de duda que la gallina es antes que el huevo, también podemos responder la pregunta de esposa vs. mamá por medio de la Palabra de Dios: Ser esposa es primero. Porque Dios lo dice

La esposa es el complemento ideal del esposo

Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”, Génesis 2:18

Ayuda idónea significa que es una ayuda que viene de Dios para estar al lado del hombre para TODA LA VIDA, un complemento ideal.

La esposa y el esposo deben estar juntos desde el momento que toman la decisión de casarse hasta el momento en el que mueren. No así los hijos. Cuando nuestros hijos crecen, hacen su propia vida y salen del núcleo familiar para comenzar sus nuevas familias. Es lógico, por tanto, que pongamos nuestra mayor inversión de tiempo y esfuerzo en la relación matrimonial.

La esposa y el esposo forman una unidad completa

Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”, Génesis 2:24

Pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno”, Marcos 10:6-8

El matrimonio implica una completa identificación de dos personas, la fusión de dos en uno. Dios instituyó el matrimonio para que un hombre y una mujer tuvieran una unión total y sagrada. Esta relación tan estrecha que el esposo y la esposa tienen va más allá de lo físico o lo emocional. Es también una relación espiritual profunda que no se puede comparar con ninguna otra relación.

Tenemos un Dios de orden

Cada vez que la Palabra de Dios nos da instrucciones sobre la familia, habla de la relación matrimonial en primer lugar y de los hijos después, lo que nos habla del orden de Dios, de la jerarquía para el desarrollo de los asuntos familiares.

Salmo 128:3 “Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa”.

Efesios 5:22-33 - Relación matrimonial

Efesios 6:1-4  - Hijos

Colosenses 3:18-21 “Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten”.

Tito 2:4 “Que (las ancianas) enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos”.

Si eres una mujer creyente, estás casada y tienes hijos, la Biblia nos dice que tus prioridades son estas y en este orden:

1. Dios– tu relación personal con Él, tu comunión diaria por medio de la oración y la lectura y meditación de Su Palabra.

2. Tu esposo– el proyecto de vida que están desarrollando juntos.

3. Tus hijos– criarlos para darles las herramientas necesarias para que, cuando crezcan, puedan dejar tu hogar y formar el suyo propio.

No te confundas, querida amiga. Dios no estipuló en ningún lugar que debemos dar prioridad a la relación con nuestros hijos sobre la relación con nuestro esposo. Es nuestra responsabilidad dar los pasos necesarios para crecer hacia la unidad que Dios tenía planeada cuando creó el matrimonio.

¿Qué podemos hacer para mantener a nuestro esposo y nuestros hijos en el orden correcto de nuestras prioridades? Te dejo algunas ideas:

- Ora en primer lugar por tu esposo, después por tus hijos y después por todo lo demás.

- Date un tiempo privado con tu esposo todos los días. Sí, sé que es difícil, sobre todo si tienes hijos pequeños. Pero busca ese momento en el que puedan estar solos, sin interrupciones,  y puedan hablar, orar juntos o leer juntos. Quizás antes de que los niños se levanten o justo después de que se acuesten, mientras están en clase...

- Muéstrale a tu esposo que es tu prioridad. Atiéndele a él también, no vuelques todo tu esfuerzo únicamente en tus hijos.

- Deja de vez en cuando a tus hijos con alguien más y tengan una cita, un tiempo especial. Salgan a cenar, a pasear... hagan algo que les guste hacer juntos.

- Haz de tu habitación un santuario. Fija un horario a partir del cual los niños no pueden estar en tu cuarto.

La única forma de que podamos ser mamás a la manera de Dios, pasa porque también seamos esposas a la manera de Dios. Nunca podremos cumplir con lo que Dios demanda de nosotras como madres si no cumplimos primero lo que nos pide como esposas.

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