Esta historia continuará

“Y dará a luz un hijo y llamarás su nombre JESÚS…” – Mateo 1:21

¿Te gusta la clase de Historia?

Para mí es realmente tediosa. Aunque logré aprobarla con calificaciones aceptables, la historia nunca me llamó la atención. Sólo hasta ahora podría decir que la estoy comenzando a saborear junto a un grupo de ancianas que me relatan hechos pasados de manera ¡exquisita!

Estoy comprendiendo que hay algo interesante en ella; nos narra un pasado lleno de experiencias que de una, otra o miles de maneras nos incluye. No podemos evadir la historia, no podemos considerarnos al margen de ella.

Me impresiona la grandeza de Dios al relatar la historia. Si te detienes a contemplar, ella narra sus hechos, describe los planes que el Señor tiene en mente y deja sentado en el corazón de los seres humanos su amor misericordioso. Dios hizo historia en las aparentes insignificancias de las vidas de Rut, Noemí y Booz; ellos dejaron un rumbo trazado para el nacimiento del rey David y posteriormente para el nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo.  

¿Crees en las casualidades? Te diré algo, una joven que cree en un Dios creador y ordenador del universo no puede afirmar que las cosas ocurren por suerte, o porque sí.   

Nuestro gran Dios es un Dios de detalles, por eso es que en Él las casualidades no existen. El Dios que creó el tiempo tiene todo milimétricamente planeado, ni un segundo más, ni un segundo menos.

Todo forma parte de un perfecto plan, una anciana, una joven viuda, un hombre trabajando en el campo, una oportunidad para el amor, un bebé, una familia, un Rey, muchas otras familias, un pesebre, un hombre y una mujer, una estrella, un salvador, una Cruz… y la historia no se detiene, continúa contigo...

Eres parte de algo más grande que tú misma, eres parte de una historia que Dios escribe a diario. Nada de lo que pasa a tu alrededor es coincidencia, no es casualidad que estés leyendo esto, ni el lugar donde naciste, la familia que te crio, la escuela a la que asistes, la gente que conoces, lo que haces… todo tiene sentido cuando puedes mirar desde más arriba.

A veces pensamos que nuestra vida es solo el pequeño trozo de tierra que pisamos todos los días, y en ocasiones suele no parecer una vida linda, como la de las películas. Pero ten fe, Dios está escribiendo una bella historia que toma su tiempo.

El Salmo 19:1 dice: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos”.

Si el cielo puede contar la historia de Dios, y también el pajarito que trina en las mañanas, tu vida puede ser el reflejo de las manos de Dios. Tu historia puede contar que Dios existe y es real, solo basta con creerlo. No importa lo duro que pueda ser la vida, Dios está trabajando, esa es la enseñanza que nos deja Rut. Él es Dios y no escribe cuentos, Él narra historias verdaderas de las que tú y yo somos testigos de primera mano.

La dulce historia de Rut nos ha mostrado el corazón del director de la obra.

Pero recuerda, la historia continúa contigo…

Por Angélica Jiménez

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