¿Estás alimentando tu espíritu?

Leer la palabra de Dios nos brinda de todo: consuelo, guía, transformación, sanación, alimento espiritual, amor, consejo, fe, esperanza y muchas otras cosas más. Es un libro muy completo para quienes buscan la plenitud de la vida.

2 Timoteo 3:16-17 dice así:

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”

Así que la Biblia no es cualquier libro, ¡está inspirada por Dios! Eso significa que al leerla no sólo adquieres sabiduría, sino que pasas tiempo con él adentrándote en su corazón. ¡Eso es maravilloso, porque tenemos acceso directo a lo que Dios quiere de nosotros! Pero ten cuidado de no caer en el error de sólo ser un lector de rutina que almacene sus palabras en su mente y las use para su propio beneficio. 

Ese no es el objetivo de la palabra de Dios, sino de que sus palabras lleguen a tu corazón y actúes conforme a ellas. Sólo así obtendrás la plenitud, pues una vida con Dios es únicamente plena al actuar de acuerdo a Su Palabra.

Si lo que quieres es cambiar tus pensamientos, tus actitudes, o tu forma de vivir, lee las escrituras, pues así como tu cuerpo requiere alimento físico para tener la energía que necesita para cumplir todas sus actividades diarias, tu espíritu necesita el alimento espiritual para vivir acorde a la voluntad de Dios. 

No dejarías de comer varios días, semanas o meses sólo porque lo olvidaste o no tuviste tiempo, ¿cierto? entonces, ¿por qué dejar sin comer a nuestro espíritu? Quizá esa es la razón por la que te encuentras desmotivado y sin fuerza. Aliméntate sanamente de la palabra y adquiere la fuerza y el gozo que nunca antes habías sentido.

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