¿Por qué hay tantas personas amargadas que viven una vida irresponsable, cargadas de culpabilidad? ¿Por qué es que tan pocas personas tienen una conciencia transparente? Hay cinco soluciones falsas que muchos hombres modernos buscan para resolver el problema de una conciencia que está contaminada, manchada y corrompida.
En primer lugar, muchas personas usan el shock ecléctico, este es un método que muchos psicólogos y psiquiatras me han dicho personalmente que no resuelve nada, porque lo único que hace es sacudir la memoria para olvidar, pero resulta que la mente humana no se puede limpiar por un sacudón eléctrico.
La segunda falsa solución es “aprender a soportar el problema”. Pero eso no es una solución, el ser humano no fue creado para vivir con una conciencia sucia y al decir “soporte” es incrementar el dolor.
La tercer falsa solución es “comprender sus acciones”. Tratan de justificar sus actos racionalizando, pero así sólo se intensifica su sentido de culpa.
La cuarta solución falsa es cuándo el individuo le dice “lo que usted hizo no tiene nada de malo, no es pecaminoso”. No se limpia la conciencia tratando de justificar o contemporizar, eso no ayuda para nada.
En quinto lugar, cuando alguien viene cargado de culpa, algunos consejeros le dicen “usted es humano, no está solo”, pero la respuesta del que viene acongojado es “No me importa que los demás estén en la misma situación que yo”.
Satanás quiere que usted esconda sus ofensas, la Biblia dice que él es el príncipe de las tinieblas, de la oscuridad de este mundo, que él es el ladrón que viene para matar, hurtar y destruir, los ladrones vienen generalmente de noche, a Satanás le encanta que usted esconda sus ofensas, que no las saque a la luz, que no las confiese, que las entierre para poder destruirlo a usted.
Dice Jesús en Juan 8: “Satanás es mentiroso y padre de mentiras”. Si ha buscado soluciones falsas, sepa que hay un enemigo que quiere destruirle. Pero Dios le ofrece libertad, libertad de todo aquello que impide nuestro crecimiento, de todo aquello que impide maduración espiritual, emocional y total.
La Biblia dice: “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres”. Cuando recibimos a Jesús en el corazón por la fe como Señor y Salvador, nos da la libertad de conciencia. El hombre puede estar preso en una penitenciaría por el resto de su vida por ser un criminal, pero puede tener la conciencia limpia y libre cuando la sangre de Cristo le limpia de todo pecado.
Dios le ama y le ofrece libertad; la Biblia dice: “Por cuanto todos pecamos estamos destituidos de la gloria de Dios”. Todos tenemos culpas pero no tenemos que seguir culpables. En 1 Juan 1, 6-7 dice: “Si decimos que tenemos comunión con Dios, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; pero si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”.
No tenemos que seguir culpables, puede gozar de una conciencia transparente; si las saca a la luz, se las confiesa a Dios, las arregla con sus amigos, en la Biblia dice que la Sangre de Cristo le va a limpiar de todo pecado, va a tener perdón, paz, una conciencia transparente y va andar en la luz con Dios.
